Escobedo (Cantabria)

Escondida en un gran paraje natural de un barrio de la localidad cántabra de Escobedo de Camargo, se encuentra la cueva de El Pendo, una cavidad que aún tiene por descubrir su gran yacimiento del Paleolítico, enterrado bajo los grandes bloques de piedra de su entrada. Así lo piensan los investigadores que entre los años 1994 y 1997 realizaron diversas excavaciones tanto en el interior como en el exterior, unos trabajos que permitieron descubrir las conocidas pinturas del Paleolítico situadas al fondo de la cueva y hasta entonces escondidas.

Y eso, a pesar de que en 1907 el arqueólogo Hermilio Alcalde del Río descubrió unos grabados muy finos, que se encontraban en un lamentable estado de conservación. Expertos como Juan Sanguino o Ramón Montes realizaron sondeos dentro de la cavidad, que concluyeron que, en muchos casos, había alteraciones e inversiones estratigráficas, las cuales reflejaban que no era la zona en la que se encontraba el yacimiento en posición primaria, sino que los restos venían arrastrados desde el exterior. Es el gran secreto por descubrir aún de El Pendo.

De El Pendo, el padre Jesús Carvallo, fundador del Museo de Prehistoria de Cantabria, logró obtener múltiples piezas de arte mueble tras diversas excavaciones, sondeos y catas en el primer tercio del siglo pasado, pero que no fueron recuperadas de forma científica. Hasta el hallazgo de la cueva de La Garma, era la mejor colección de arte mueble documentada en Cantabria.

El primer acercamiento científico a la cueva se produjo entre 1953 y 1957.