El poeta Antonio Gamoneda y el tenor Joaquín Pixán apuestan por "descongelar" la tonada asturiana. "Se trata de movilizar la congelación de la canción asturiana. Que deje de ser una canción utilizada solo para beber sidra en el chigre y poner en valor sus aspectos musicales y sus posibilidades", precisa el poeta y premio Cervantes Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931) en el Palacio Longoria de Madrid, donde ayer se presentó el disco en el que recupera la canción asturiana. Con la ayuda de Manuel Pacheco al piano, Clara Sánchez con el chelo, Dima Korova con el acordeón; Elena Muerza con la flauta, y el gaitero Óscar Fernández, el tenor Joaquín Pixán le pone voz a un repertorio de 17 canciones tratadas por el poeta y el cantante durante más de dos años y recopiladas en un disco bajo el título de "Tentativa de un cancionero asturiano para el siglo XXI".

Ambos se conocen desde el año 2010 gracias al escritor, abogado y expresidente del Principado de Asturias, Pedro de Silva, pero la idea de introducir algunas "advertencias" al cancionero asturiano llegó más tarde. "Hace 30 meses", calcula Gamoneda, "Joaquín vino a verme y hablando, pensamos inmediata y simultáneamente qué es lo que había que mejorar y añadir en el cancionero asturiano", asegura el poeta, premio Cervantes, en 2006. Y entonces comenzaron juntos un viaje desde el "espíritu tradicional de asturianía", pero sin permanecer en el "inmovilismo", a través de un tratamiento exhaustivo de la letra y música del cancionero asturiano, explica el autor de "Arden las pérdidas".

"Cabría suponer que intentamos organizar una revolución en el cancionero tradicional, pero no es exactamente eso sino que se trata de dotar a la tonada asturiana de elementos progresistas musical y letrísticamente, pero en ningún caso destruir o adulterar una tradición". Considerada por muchos, sobre todo por los autores cultos, como "una cosa popular que no va con ellos", ambos creadores pretenden que la iniciativa "Tentativa de un cancionero asturiano para el siglo XXI" sirva para concienciar a estas personas y que se sientan partícipes de que esa música forma parte de su tradición como pueblo.