Con más de cuatro décadas dedicado al mundo de la pintura, Favila la siente como algo tan ligado a su forma de vida que ya no concibe el mundo sin sus pinceles. Espontáneo en su forma de hacer, asegura que los años le han permitido aligerar contenidos para conseguir expresar en el lienzo lo mismo pero con menos recursos cromáticos. Pinta lo que le gusta y como lo siente, siempre ajeno a las tendencias y modas de cada momento.

-¿Qué le parece la idea de LA NUEVA ESPAÑA de felicitar las fiestas con una obra de arte?

-Es la mejor idea. Los jamones y otros regalos se acaban y el arte perdura para toda la vida. Creo que algo así es el regalo más fino que hay para estas fechas.

-¿Por qué eligió el asturcón como motivo navideño?

-Había pensado buscar un animal que representara a Asturias y me fijé en el urogallo y en el asturcón, un caballo que me gusta mucho, quizá por ser autóctono y porque se ve como muy libre y muy salvaje, aunque noble al mismo tiempo, con la nobleza del caballo.

-Con la elección se aleja de sus temas más habituales...

-Un poco sí. Fue debido a la motivación de cumplir un encargo para una serigrafía. La técnica utilizada también influye, porque tiene que permitir ciertas libertades.

-¿Suele utilizar el grabado?, ¿qué aporta a su creatividad?

-Sí y no. No es lo que más hago, pero lo utilizo en ocasiones. Al trabajar con tintas planas, permite cosas que no permite la pintura. Además, da un carácter más moderno a la obra frente al clasicismo del óleo.

-¿Qué le han supuesto todos estos años de docencia en su trayectoria artística?

-Bastante, porque el hecho de tener que estar al día de cosas que van surgiendo, de tener que condensar y sintetizar esos conocimientos para que los alumnos los entiendan, de alguna manera me beneficia a mí porque me obliga a innovar y a no acomodarme. El hecho de tener que estar de continuo actualizando tus conocimientos te da una mayor visión.

-Su trabajo ha sido siempre fiel a una línea trazada hace décadas, ¿cómo la define?

-No encuentro una palabra que la defina, en realidad lo que hago es pintar porque me gusta. Es como un lenguaje propio, como una forma de hacer; no me interesa buscar cosas que se alejan de mi forma de pintar, prefiero la sencillez, ser yo mismo. Pinto temas asturianos, que me gustan, que veo por la calle; no necesito utilizar grandes recursos para conseguir lo que quiero. El estilo encaja dentro de lo velazqueño y de Sorolla, es el lenguaje que aprendí y el que enseño. Me baso mucho en la libertad de expresarme como me apetece en ese momento, pinto como sé y no busco llamar la atención, prefiero transmitir alguna emoción.

-Siempre ha tenido éxito con su trabajo, ¿por qué cree que su obra es tan bien acogida por el público?

-El éxito nunca me preocupó, es una cosa que si tiene que salir sale solo. No busco nada porque yo soy bastante feliz pintando, por lo tanto todo lo demás está en un segundo lugar. Después, cuando llega casi lo valoras más. Me gusta ser así, con la espontaneidad de pintar, de enseñar y de trabajar en lo que más me gusta hacer. No me complico la vida, yo pinto lo que me gusta. Sé que hay gente que prefiere un lenguaje más contemporáneo, pero para mí lo que hago es tan contemporáneo como todo lo demás. Ese compromiso que algunos se exigen con la modernidad a mí no me preocupa nada.

-¿Parte de esa espontaneidad es ese acercamiento al expresionismo que se aprecia en su trabajo?

-Sí. Responde a que cada vez necesito menos argumentos para expresar lo que quiero, para conseguir el efecto buscado. Si miramos la trayectoria desde que empecé a pintar hasta ahora, yo cada vez veo cuadros menos historiados, de mayor sencillez. Trato de decir lo mismo con menos. Es una solución que ya desde siempre buscaron los pintores y, aunque parece fácil, hay que tener práctica y las ideas muy claras.

-¿En qué está trabajando ahora?

-Preparo una exposición para 2016 en Miami, con motivo de su paso por allí de Pedro Menéndez, el militar y marino español nacido en Avilés y reconquistador de La Florida, donde ya expuse el pasado año. Este año, los actos conmemorativos de la misión van a ser en Miami. Forma parte de un proyecto de exposición que hacemos Nardo Villaboy y yo, él con fotografías y yo con pinturas. Lo que hacemos es recrear aquellas figuras históricas.