La contaminación sigue azotando las grandes ciudades de China. El aeropuerto internacional de Pekín canceló ayer más de 200 vuelos. Paralelamente, los retrasos registrados eran muy importantes, alcanzo a un número similar de salidas siempre a causa de los elevados niveles de contaminación atmosférica. El Gobierno municipal decretó una alerta naranja mientras las concentraciones de partículas sólidas multiplicaban por 20 los niveles recomendados por la OMS. A lo largo de todo el jueves Pekín registró una densidad elevadísima de partículas sólidas, las más pequeñas y perjudiciales para la salud.