"Asturias tienes el mejor yacimiento mundial de huellas de pterosaurio y hay tanto material aún por recoger que no acabaremos nunca". Laura Piñuela habla con pasión sobre su trabajo. Forma parte del equipo de investigación del Museo del Jurásico de Asturias (Muja), que se encarga de recoger, estudiar y clasificar los restos de aquella época. El pasado viernes leyó en la Facultad de Geología de la Universidad de Oviedo su tesis doctoral , titulada "Huellas de dinosaurios y de otros reptiles del Jurásico Superior de Asturias" y dirigida por el catedrático de Paleontología de la universidad ovetense Luis Carlos Sánchez de Posada. Recibió una calificación de sobresaliente.

Su disertación, que se prolongó durante una hora, se centró en el reconocimiento, clasificación e interpretación de las huellas de dinosaurios del Jurásico Superior de Asturias con una edad en torno a 152 millones de años, así como de las de otros reptiles coetáneos, como cocodrilos, tortugas, lagartos y pterosaurios (reptiles voladores). Después, durante una hora más, respondió a las preguntas del tribunal, formado por Joaquín Moratalla, del Museo Geominero de Madrid; Vanda Faria dos Santos, del Museu Nacional de História Natural de Lisboa, y Miguel Arbizu, profesor titular de Paleontología del Departamento de Geología de la Universidad de Oviedo.

Los yacimientos objeto de estudio en la tesis se localizan en los acantilados costeros entre Gijón y Ribadesella, aunque incluyó también los más de 800 ejemplares de la colección de icnitas de vertebrados del Muja, que contiene la mejor representación mundial de huellas de reptiles voladores y de estegosaurios (dinosaurios cuadrúpedos acorazados).

Uno de los objetivos fundamentales de la tesis consistió en el estudio tafonómico detallado de las más de 500 huellas de dinosaurios depositadas en la sede museística, que constituyen la primera colección de Europa en cuanto a número de ejemplares, diversidad y estado de conservación y la tercera del mundo detrás de las del "Beneski Museum" de Massachusetts y del "Dinosaur Tracks Museum" de la Universidad de Colorado en Denver. Piñuela cree que la enorme riqueza de los yacimientos asturianos podrían hacer que el Muja escalara en el futuro algún peldaño, pese a que el estudio de las huellas de los grandes saurios comenzaron en los Estados Unidos en los primeros años del siglo XIX, 170 años antes que en España.

Piñuela destacó que Asturias tuvo unas "condiciones ideales" para la conservación de las huellas. Y calificó de "espectaculares", por ejemplo, las gigantescas icnitas halladas en La Griega, de 1,25 metros de longitud; tan grandes, que no se ha hallado esqueleto en todo el mundo que se corresponda con ese tamaño, pues el animal debía pesar unas 60 toneladas. Otro tanto ocurre con los 58 centímetros de una huella de estegosaurio o los 80 centímetros de la de un carnívoro.