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Los grandes clásicos: dostoievski

Cómo asomarse a los peores abismos

Es el gran escritor profético, con Kafka, de la época moderna

Cómo asomarse a los peores abismos

André Gide establece la diferencia entre Dostoievski y Tolstoi de una manera plástica y poderosa: "Aún hoy, la masa enorme de Tolstoi ofusca el horizonte. Sin embargo, como sucede en un paisaje montañoso en el que, a medida que uno se aleja de él, ve aparecer más allá de la cima cercana otra cumbre más alta que la primera ocultaba, algunos espíritus precursores se dan cuenta de que detrás del gigantesco Tolstoi asoma, impotente, Dostoievski. Es él, Dostoievski, el nudo misterioso de la cadena".

Tolstoi y Dostoievski escribieron las novelas más grandes del siglo XIX (es decir, de toda época): "Guerra y paz", "Anna Karenina" y "Los hermanos Karazazov". Preferir a una sobre las otras dos sería vano esfuerzo: las tres son imprescindibles. Nadie, salvo Homero, captó la variedad del mundo y de la vida como Tolstoi, nadie como Dostoievski se asomó a los abismos humanos -ni lo haría después. Las novelas de Dostoievski, en relación con las de Tolstoi, poseen menos vivacidad y colorido: al lado de "Anna Karenina", "Crimen y castigo" es una novela tenebrosa. Pero ningún autor supo adentrarse en las tinieblas, en la desesperación y en la esperanza del ser humano como Dostoievski en su periodo final.

La vida y la obra de Fiodor Mijailovich Dostoievski (1821-1881) se dividen en dos grandes bloques separados por su trascendental estancia en Siberia. Durante sus primeros años escribe novelas cortas ("Pobres gentes", "El señor Projarchin", "La patrona", "Corazón débil", "Noches blancas", "Netochka Nezvanova", etc.) y era un escritor europeizado y vagamente progresista, que acataba las ideas vigentes. En aquel tiempo, el régimen del zar era despótico, pero la ideología predominante entre la "crema de la intelectualidad", era lo que hoy denominaríamos de izquierdas, bajo la batuta de críticas como Belinski y otros ideólogos. Dostoievski por participar en una inocua reunión clandestina, fue condenado a muerte y permaneció en Siberia durante diez años, primero como penado, luego como soldado, y, finalmente, como desterrado hasta que en 1859 recibe la autorización para regresar a Petersburgo. De este periodo son sus novelas inmensas: "Los poseídos", "El adolescente", "El idiota", "Crimen y castigo" y "Los hermanos Karamazov". También publica algunas espléndidas novelas de extensión normal como "Stepanchikovo" y "El jugador" y su visión del infierno "Memoria de la Casa Muerta", relato terrible de su vida en Siberia. Los críticos aprecian menos "Humillados y ofendidos" por considerarla folletinesca, pero aquí se encuentran las primeras señales de su evolución ideológica y la primera presencia de uno de esos intelectuales cínicos y radicales que tanta importancia tendrían en su obra posterior ("Los poseídos", "Crimen y castigo", "Los hermanos Karamazov"). Dostoievski regresa de Siberia convertido en un espíritu religioso y conservador, partidario de la monarquía absoluta y de la aplicación del Evangelio a la vida diaria, y convencido de que el gran peligro de Rusia son sus intelectuales progresistas y su europeización. Fue el único escritor del siglo XIX que captó el espanto de las ideologías y que avisó del gran peligro de pretender la reforma del ser humano y de la utopía de hacerle feliz a la fuerza. En "Los poseídos" anuncia que quienes pretenden librar al pueblo del yugo de madera es para uncirle a un yugo de hierro. Su contemplación del ser humano es alucinada y la de la sociedad, pesimista. Es el gran escritor profético de la época moderna: tan solo Kafka se le aproxima. La lectura de "Los poseídos" como advertencia del futuro continúa estremeciendo en la actualidad.

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