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Los grandes clásicos

Herman Melville, las metáforas del mal

El autor de "Moby Dick", una de las mejores novelas épicas, es el escritor más gigantesco de los Estados Unidos

En el siglo XIX surgen literariamente las que habían de ser las grandes potencias del siglo XX: Rusia (Pushkin, Gogol, Dostoievski, Tolstoi) y los Estados Unidos (Poe, Hawthorne, Melville, Whitman). El destino de ambas potencias, lo mismo que el de sus literaturas respectivas, fue dispar, pues en Norteamérica continuaron surgiendo grandes escritores (Faulkner, Hemingway, Dos Passos, etcétera), mientras que en la nueva Unión Soviética cualquier posibilidad artística o literaria quedó asfixiada por las consignas revolucionarias.

Herman Melville (1819-1891), el escritor más gigantesco de su país, donde su contemporáneo Walt Whitman (nacieron el mismo año) tuvo talla semejante a la suya aunque como poeta y con mayor aceptación del público, era un neoyorquino perteneciente a una familia de comerciantes que en 1839 embarca en un mercante que se dirigía a Liverpool. Su vida se divide en tres etapas sucesivas: el marino, hasta 1843; el escritor, desde 1846, que publica "Typee", hasta 1857, año en que publica "El estafador", con igual fracaso editorial y económico que sus libros anteriores, y, finalmente, el empleado de Aduanas de Nueva York, desde 1863, después de haber intentado sobrevivir como profesor de clases particulares y obtener un empleo consular, para lo que se entrevistó incluso con el presidente Lincoln. Durante este largo periodo de vida oscura y burocrática sólo publica algunos volúmenes de versos en ediciones familiares, y poco antes de su muerte, en 1891, vuelve a escribir sobre asuntos marinos, dejando inconclusa una de las grandes novelas cortas que se han escrito, "Billy Budd", que permanece inédita hasta su publicación en Inglaterra en 1924, Lo mismo que "Hadji Murat", de Tolstoi, otra novela corta, es su sorprendente y extraordinaria culminación. Es notable que Tolstoi y Melville, los autores de las grandes novelas épicas del siglo XIX "Guerra y paz" y "Moby Dick", hayan recuperado su arte épico no como expansión, sino como concentración, en dos relatos breves, "Hadji Murat" y "Billy Budd".

Melville no pudo decir como Stendhal que tendría lectores hacia 1900, sino que le envía una amarga carta a Hawthorne en la que afirma: "Aunque he escrito los evangelios de este siglo, moriré en el arroyo". "Moby Dick" no fue el Antiguo Testamento del siglo XIX, pero lo sería del XX. Melville, que empieza narrando sus experiencias de marinero, como desertor en "Typee", como marino más o menos mercante en "Omú", como marino de la Armada en "Chaqueta Blanca", alcanza la cima del arte narrativa en "Moby Dick" y acaba escribiendo una novela tan farragosa como "El estafador". Aparte de algunas narraciones espléndidas de "The Piazza Tales" ("Benito Cereno", "Las Encantadas", "La Veranda"), es autor de tres obras maestras absolutas del género narrativo: la novela épica ("Moby Dick"), la novela corta ("Billy Budd") y el cuento ("Bartleby el escribiente"). Según Northop Frye: "En 'Moby Dick' se da el tratamiento más profundo que la literatura moderna permite del simbolismo del Leviatán de la Biblia, la fuerza titánica demoniaca que lleva a Egipto y Babilonia a la grandeza para acto seguido arrojarlos a la nada". Una historia de balleneros en la que un capitán cojo pretende vengarse de la ballena que le mutiló se convierte en la gran metáfora del Mal, en la afirmación de la irracionalidad del hombre que aspira a imponerse a la irracionalidad de la naturaleza. Ahab, una especie de Macbeth en el mar, que golpearía al sol si osara ofenderle, acaba en el vacío de las profundidades sobre el cuerpo arponeado de Moby Dick. En esta tenebrosa metáfora está toda una tradición, desde la Biblia a Shakespeare, mientras que "Bartleby" anuncia a Kafka y los horrores modernos.

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