El escritor y poeta salvadoreño Jorge Galán, de 42 años, exiliado en Granada después de las amenazas de muerte sufridas por publicar "Noviembre", un libro que recuerda el asesinato de seis jesuitas en su país en 1989, ha confesado a "Efe" que no arriesgaría su vida por la libertad de expresión porque no es "un valiente". "Para mí la vida es sagrada, lo más valioso que uno tiene".

Galán consiguió el reconocimiento del Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (Concultura) de su país, que le otorgó el título de Gran Maestre de la Poesía por ganar tres premios nacionales, el mismo país del que ha huido casi sin nada para esquivar la muerte.

Lo ha hecho por recordar en su libro "Noviembre" (Planeta) el asesinato de seis jesuitas en su país en 1989, por dar nombres, recordar la historia y relatar la impunidad de los hechos en un país en el que se producen cuarenta asesinatos al día. Una amenaza con pistola bastó para que Galán abandonara un país "del que no quisiera hablar mal" para recalar en Granada, ciudad en la que espera que el Gobierno le conceda su petición de asilo mientras agota los seis meses de permiso temporal.

Sin respuestas heroicas sobre la libertad de expresión que le ha costado el exilio, Galán reconoce que nunca tuvo miedo, que la historia le atrapó de tal manera "que sólo sentía la necesidad de contarla" porque es "hermosa, de entrega, de pasión, de sacrificio, de injusticia, de impunidad, una historia de amor por los otros".