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Delgado Gal: "Mi padre siempre consideró que tenía dos patrias, Madrid y Asturias"

El pintor, que falleció de una insuficiencia cardiaca, será incinerado hoy en el cementerio madrileño de la Almudena

Delgado Gal: "Mi padre siempre consideró que tenía dos patrias, Madrid y Asturias"

El cielo plomizo de Madrid presidió ayer la despedida de Álvaro Delgado, un "gato" -ése es el gentilicio castizo de los nacidos en la capital- que dejó buena parte de su corazón en las lejanas tierras de Asturias. Su hijo Álvaro relató ayer por la tarde a LA NUEVA ESPAÑA que su padre "siempre consideró que tenía dos patrias: Madrid y Asturias".

Tras el fallecimiento, los restos mortales del artista fueron trasladados al tanatorio de la M-30, donde fueron velados por su esposa Mercedes, su hijo Álvaro, la mujer de éste, María, y sus nietos Álvaro y Carmen. Claudia, su nieta mayor, fruto del primer matrimonio de su hijo con una naviega, no pudo asistir al acto al sorprenderle la muerte de su abuelo en Canarias, donde trabaja como médica.

Álvaro Delgado cumpliría 94 años el próximo mes de junio. A pesar de su avanzada edad y de tener que utilizar una silla de ruedas, su salud no era mala hasta que hace unos meses tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. La operación no fue del todo bien y hubo de sufrir una nueva intervención con anestesia general de la que, según su hijo Álvaro, "salió quebrantado, pero en relativo buen estado".

Su hijo estuvo a su lado en sus últimas horas de vida. Acompañó a su padre durante la tarde y hasta las 9.30 de la noche del domingo, tiempo "en el que mantuvo una charla totalmente coherente". A esa hora marchó a su domicilio "sin estar especialmente preocupado por su salud" y volvió a hablar con el artista por teléfono. Al poco rato, la llamada de la cuidadora lo alertó sobre el empeoramiento de su padre y regresó al domicilio paterno a las 10.30 de la noche, apenas diez minutos después de la muerte.

El diagnóstico de la médica que confirmó la defunción fue de muerte por insuficiencia cardiaca. Su cuerpo será incinerado hoy por la mañana, por explícito deseo del fallecido, en el madrileño cementerio de la Almudena.

Su hijo se mostraba "agradecido por las numerosas muestras de condolencia llegadas desde Asturias. Me han informado de que los ayuntamientos de Valdés y Navia -municipios de los que era hijo adoptivo- han colgado sus banderas a media asta en señal de duelo. Aún no he tenido tiempo de agradecérselo".

Aunque llevaba dos años y medio sin poder desplazarse a Asturias al encontrarse en silla de ruedas, "a mi padre le hacía mucho ilusión asistir a la entrega del Premio de Dibujo en Navia y Valdés en el colegio que lleva su nombre. Siempre sintió un profundo cariño por Asturias y con frecuencia hablaba de ella. Las personas mayores conservan más vívidamente los mejores recuerdos de su vida".

El artista descubrió Asturias en 1954 y trabajó en el occidente asturiano hasta 1964. En 1965 retornó a Castilla, a la localidad madrileña de Olmeda de las Fuentes, donde trabajo durante diez años hasta que "en 1975 se reencontró con Asturias, donde se estableció de nuevo. Asturias siempre fue muy generosa con él. Sus paisajes y su gente están muy vinculados a su obra, tanto en el fondo como en las formas. Es un espacio que se adapta perfectamente a su estilo. En ocasiones, los lugares transforman al artista y en otras es el artista el que transforma el espacio. En el caso de mi padre y Asturias, ambos coincidían y se eligieron mutuamente".

A lo largo de la jornada, muchos amigos, académicos y discípulos del pintor fallecido e impulsor de la denominada "Escuela de Madrid" acudieron a la capilla ardiente instalada en el tanatorio de la M-30 para acompañar y presentar su pésame a la familia.

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