"Cuando llegué a Nueva York y descubrí los muelles abandonados del East River, intuí desde el principio que aquel lugar decrépito y fascinante sería una imagen recurrente para mi pintura. Los descubrí en el invierno de 2005, durante un paseo muy cerca de mi estudio, y desde ese entonces, los 'piers' han sido en mi pintura una idea constante y recurrente, que culmina con esta serie de pinturas blancas".

Hugo Fontela (Grado, 1986) tenía sólo 18 años cuando decidió viajar a la ciudad estadounidense para continuar su formación artística en "The Art Students League". Desde entonces y hasta el pasado año, en el que decidió abrir un estudio en Madrid, ha desarrollado su trabajo en la ciudad de los rascacielos.

El próximo jueves, el artista asturiano dará un paso más en su trayectoria al inaugurar en la galería Marlborough de Madrid, su primera exposición individual. Veinte obras que, según el propio Fontela, resumen sus inquietudes de los últimos diez años, los de su estancia en los Estados Unidos.

"Pinturas extrañas", título de la muestra, que define muy bien la obra que presenta Fontela, son cuadros que contienen muchas de las ideas que están en su trabajo de los últimos años, pero, a la vez, cada una de ellas está dotada de su propia personalidad, con guiños al grupo El Paso, a la pintura abstracta americana y al neoexpresionismo europeo. Todo ello le ha llevado hacia las pinturas blancas actuales, y hacia los vertederos de basura, como imagen casi en las antípodas.

Según Kosme de Barañano, autor del texto del catálogo, Fontela muestra la necesidad que siempre ha tenido en su pintura de tergiversar la realidad de la que parte para hacerla más simple, mas legible, sin que pierda, en su trasfondo, la complejidad que le es innata.

"La imagen de la basura, como conjunto, y la imagen de los postes, en su individualidad, son imágenes de anonimia y de soledad: el anónimo mar de la basura en una tierra apocalíptica, construido a pinceladas superpuestas, y el poste sin nombre que asoma en una agua de sucia densidad, que chorrea deslavazadas pinceladas", afirma Barañano.

"Las montañas de basura, los vertederos, las ciudades convertidas en escombro o las imágenes abstractas que nos llevan a un entorno hostil, casi de guerra, revelan el estado más salvaje de mi impulso pictórico, y dejan rienda suelta a practicar una pintura directa, casi ruda, sin dilaciones, en contrapunto a las pinturas blancas, los muelles y aguas, que entroncan con mi lado mas lírico y abstracto, buscando alcanzar con ello lo que entre los pintores llamamos la pintura-pintura", explica Fontela.

Premio BMW de Pintura, mejor artista de la Feria de Arte Gráfico Estampa y Premio "Príncipe de Girona" de las Artes, Fontela encara con fuerza la treintena.