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Comidas y bebidas

Chiles saludables, y cocina casera en Manzaneda

Chiles jalapeños.

Dado qe preocupa la salud en la alimentación, les daré buenas noticias sobre los chiles, esos pimientos cargados de fuego. Contienen capsaicina, el ingrediente activo que pone el ardor, y se distinguen por sus propiedades curativas en los dolores musculares, así como la artritis, las cefaleas y el resfriado común. Aquellos que se someten con entusiasmo a las dietas harían bien en incorporar estos pimientos a su régimen, con el fin de aumentar el metabolismo ayudando a quemar el exceso de grasa. También se sabe que los chiles tienen un alto contenido de vitamina C, y los investigadores están estudiando el poder curativo de la capsaicina en algunos cánceres de pulmón y estómago ¿Preparados para este viaje?

Wilbur Scoville desarrolló en 1912 el famoso método de clasificación de los pimientos en función del grado del picante. Basó su investigación en pruebas subjetivas del gusto. Diluyó en alcohol diferentes pimientos hasta que la lengua dejaba de notarlos; cuanto más fuerte era el picor, más disolución requería. En la escala Scoville, el poblano ocupa el lugar más bajo de ardor entre los pimientos mexicanos más populares. Le preceden el jalapeño y el serrano, y en lo alto de la clasificación se encuentra el poderoso habanero, que le disputa, entre los comestibles, la primera plaza al scotch bonnet, procedente de África y asentado en lugares del Caribe donde lo utilizan para provocar incendios. Por si no los identifican, el popular chile serrano es una versión estilizada del jalapeño y tiene un sabor más afrutado. Sus tonalidades van del verde al rojo fuego, dependiendo de su madurez. El habanero combina los colores amarillo y anaranjado y se asemeja a una campana en miniatura un poco aplastada. Para los seguidores de las sensaciones fuertes significa el éxtasis. Su sabor es sutil, empieza pareciéndose al del albaricoque y termina en una indescriptible explosión de calor, que algunos doman agregando zanahorias, que aportan suavidad y dulzura. Pero conviene ser precavido, en ocasiones, con el habanero la manguera le parece a uno poco y piensa incluso en recurrir al extintor. No se asusten, todo se traduce posteriormente en energía y salud; uno parece como sacudido por las suaves brisas del golfo de México.

Casa Belarmino, entusiasmo por los platos de siempre. La dedicación del restaurante y el empeño en complacer a los comensales deberían obtener en esta vida el mayor de los premios y, sin embargo, no siempre sucede así. Casa Belarmino, que empezó siendo un bar tienda en Manzaneda (Gozón) y permanece en cierto modo fiel a sus orígenes parroquiales, puede darse por satisfecho al mantener una clientela devota de la honradez de su cocina, el guiso lento, la materia prima de calidad y el entusiasmo que trasmiten Juan Luis, en la sala, y Ramona, en la cocina, la tercera generación que regenta el establecimiento. No descubro nada nuevo si digo que el restaurante de Manzaneda ha pasado, desde que hace cinco reemprendiese una etapa renovada, a ser una de las casas de comida de referencia de Asturias. Lo que allí se ofrece es cocina de siempre con toques actuales: un pote de berzas reposado con fariñona, arroz con pitu y caldoso, croquetas del compango, unas sardinas marinadas en su punto, rollo de carne y de bonito en temporada, bacalao, callos y bombón de callos, pastel de puerros, escalopes de foie gras y estupendos embutidos. No hay trampa, ni carton, sólo el esmero guía lo que sale de la cocina camino de las mesas de una casa donde el cliente se siente como en familia.

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