La LXVIII Temporada de Ópera de Oviedo cierra su ciclo, iniciado en septiembre, con un chorro de popularidad. El último título es "La Bohème", de Puccini, la obra más vista en el teatro Campoamor en más de cien años, así que es la ópera más deseada. Sobre esa base, la última función de las cinco, la correspondiente al sábado 6 de febrero, se extenderá a toda la ciudad, ya que va a ser retransmitida en riguroso directo a cinco locales públicos. Podrá seguirse, pues, de forma gratuita, en el centro social Naranco, en el Instituto de La Corredoria, en el Instituto de La Ería, en el teatro Casino de Trubia y en el teatro Pumarín. También se podrá ver en varios escenarios y locales de otras ciudades y villas asturianas, como Pravia, Villaviciosa, Pola de Laviana, Posada de Llanera y Cangas de Onís.

La producción es propia de Ópera de Oviedo, estrenada en septiembre de 2000, y la dirección de escena corre a cargo del ovetense Emilio Sagi, que ha introducido algunas novedades, actualizando el vestuario y "adaptándome a los artistas, que son extraordinarios". Sagi redunda en la popularidad porque es especialmente querido por el público asturiano. Paralelamente a ese chorro popular y local destaca en este último título de la Temporada el color toscano de las funciones que se empezarán a ofrecer el próximo domingo, 31 de enero, ya que Puccini era de esa tierra; el maestro Marzio Conti -director titular de la orquesta "Oviedo Filarmonía"-, que se pondrá al frente del espectáculo, también lo es, y, asimismo, el tenor Giorgio Berrugi, que encarna el papel protagonista de Rodolfo.

Berrugi llega avalado por sus éxitos en la Scala de Milán, en la que ha coincidido en varias ocasiones con la soprano Erika Grimaldi, que será Mimì, y el barítono Damiano Salerno, al que le corresponde el rol del pintor Marcello. Tres habituales de uno de los mejores teatros del mundo reunidos en el Campoamor y proyectando su arte a cinco centros sociales de la capital y a otras cinco ciudades y villas asturianas para multiplicar la popularidad.