Luisa Toyos se levanta todos los días a las ocho de la mañana, hace la cama y las tareas del hogar sin ayuda y sale a pasear con su perra "Leti", un cruce de pequinés que le alegra la vida. Hasta aquí, nada fuera de lo normal. Pero es que esta mujer de Ques (Piloña) tiene 100 años y el próximo 6 de abril soplará una vela más. Toyos vive sola, presume de gran memoria y es aficionada a las telenovelas, a las revistas y a LA NUEVA ESPAÑA. Admira a la reina Leticia -de ahí el nombre de su mascota- y tiene conciencia democrática: el pasado diciembre, con motivo de las elecciones nacionales, fue a votar. ¿Su secreto? "El agua de Ques; tiene superpoderes", dice sonriente.
La piloñesa es uno de los 471 centenarios que tiene Asturias. La cifra, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), supone un incremento del 13,7% con respecto a 2014, cuando eran 414. Además, se trata del octavo aumento consecutivo desde 2008. Los superabuelos asturianos representan el 3,5% del total que hay en España, donde se contabilizan 14.487 habitantes con 100 años o más, a fecha 1 de enero de 2015. Ese sector de la población representa en la región el 4,4% del total de habitantes, lo que convierte al Principado en una de las comunidades con mayor proporción de centenarios. Tan sólo la superan en longevidad Castilla y León y Galicia.
En cuestión de años, las mujeres arrasan: 380 frente a 91 hombres. Luisa Toyos ha visto morir a su marido, Celestino Rubio, y a uno de sus hijos, Carlos Toyos. La primera pérdida fue dura, pero la segunda, mucho más. De hecho, la abuela de Ques todavía guarda luto. Y eso que hace tres años le decía a su familia que poner ropa oscura era "cosa de viejas". Quizá recupere el color cuando nazca su primera bisnieta, que, además, se llamará Alegría, una buena razón para soplar las 101 velas con más entusiasmo que nunca.
Otra centenaria, en este caso de Arriondas (Parres), es Herminia Vega, que llegó el pasado 9 de enero al siglo de vida. Celebró su cumpleaños por todo lo alto y rodeada de sus seres queridos. De Canarias, Madrid, Lugo, Gijón y Pola de Siero llegaron sus siete nietos para arropar a la matriarca de la familia. Su receta es "tener y dar mucho cariño". Vega nació en 1916, en el barrio de La Peruyal, y lleva "toda la vida" colaborando con la sociedad que lleva el mismo nombre, motivo por el que en mayo de 2009 recibió un homenaje. Su madre, "Amalia, la tocinera", ya aportaba su granito de arena con la donación de chorizos en las fiestas.
Uno de los principales motivos de orgullo para esta parraguesa son sus cinco hijos: Covi, Mayi, Mini, José y Ramón. Entre sus aficiones están los deportes: es futbolera y le encanta el boxeo. Goza de buena salud y en su larga vida sólo fue hospitalizada una vez. Todo un milagro.
