El Museo de Bellas Artes de Asturias ha incorporado a su colección de pintura histórica "La Trinidad en la Tierra", una obra "muy buena, de gran calidad" de Luca Giordano, uno de los artistas "más sobresalientes" del Barroco, según afirmó ayer Andrés Úbeda de los Cobos, jefe de conservación de pintura italiana y francesa (hasta 1700) del Museo del Prado. La obra, la séptima que deposita en la institución asturiana el coleccionista astur-mexicano Juan Antonio Pérez Simón, es "importantísima porque cubre una de las lagunas del museo", en palabras de su director, Alfonso Palacio.

El Museo de Bellas Artes tiene un cuadro que se atribuye a Giordano que representa a Heráclito. Precisamente ayer Úbeda de los Cobos, que está ultimando el catálogo razonado de Giordano en El Prado, lo estuvo viendo, acompañado de Palacio. Su diagnóstico preliminar es que, al menos en parte, está hecho de su mano.

Luca Giordano (Nápoles, 1634-1705) es, en opinión de Andrés Úbeda de los Cobos, uno de los "pintores sobresalientes" del Barroco por diferentes motivos. "En primer lugar, porque, en el aspecto técnico, es magnífico, tiene una cantidad enorme de recursos y es también muy bueno porque crea un vocabulario propio. Sus pinturas tienen personalidad, es un pintor que se identifica, que se reconoce, que crea escuela, y es muy importante porque abre un camino hacia el Rococó, fundamentalmente hacia la pintura del siglo XVIII. Su huella sigue, a través de las personas que le imitan, hasta principios del siglo XIX", explica.

El conservador del Prado pronunció una conferencia sobre la vida y la obra del italiano, formado inicialmente en el entorno de Ribera, cuyo estilo imitó en un primer momento, pero influido más tarde por Veronés. Giordano tenía una enorme facilidad para pintar. Cuenta Úbeda de los Cobos que su padre le insistía y le pedía que pintara más deprisa, por motivos económicos, y la expresión que según sus biógrafos decía de su hijo era: "Luca fa presto" ("Luca trabaja deprisa"). Al final se quedó con ese sobrenombre, al que se sumó, cuando estuvo en España, el de Lucas Jordán.

Giordano llegó a España en 1692, invitado por Carlos II para pintar la escalera y las bóvedas de la basílica de El Escorial. Cuando terminó esta obra, dedicó fundamentalmente su actividad profesional a pintar frescos y pinturas al óleo para la Colección Real, pero también para particulares. Úbeda de los Cobos cree que "La Trinidad en la Tierra", de la que se desconoce todo, probablemente fue realizada para algún oratorio, quizás uno privado. "La verdad es que no tenemos ninguna noticia sobre su historia y es imposible saber exactamente para quién y para dónde se hizo. Pero, a partir de la pintura, podemos deducir que es una obra de empeño, de gran calidad, y eso probablemente significa que su cliente era importante".

Los diez años que Giordano estuvo en España fueron importantes en su trayectoria. "Desarrolló su técnica, yendo hacia una pintura mucho más suelta, más enérgica y libre. El cuadro de 'La Trinidad en la Tierra' correspondería a esta época, yo lo dato en torno a 1696-1697", señala.

El Prado, como heredero de las Colecciones Reales, posee una colección muy numerosa e importante de Giordano. "Tiene una obra mural que la llamamos 'La apoteosis de la monarquía española', que es la bóveda del salón central del Casón del Buen Retiro, en la actualidad sala de lectura de la biblioteca y que es sin duda uno de los frescos más importantes realizados durante toda su vida. Tiene un problema grave de conservación, pero allí donde su pintura permanece íntegra es realmente inmensa y soberbia. También tiene una muy buena colección de pintura al óleo, compuesta de unas 90 obras. Aun así, la colección de Patrimonio Nacional es mucho más numerosa", subraya Úbeda de los Cobos.

Giordano abandonó España en 1702, como consecuencia de la Guerra de Sucesión española. Pasó por Roma, donde fue recibido por el Papa y se instaló en su Nápoles natal, donde al poco tiempo murió. "Aun así le dio tiempo a hacer en Nápoles pinturas importantes que son una continuación de la etapa española", indica Andrés Úbeda.

A la presentación de la obra, además de los ya citados, asistieron el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo y vicepresidente del patronato, Roberto Sánchez Ramos; la directora de Patrimonio Cultural, Otilia Requejo, y Gaspar Carrera, representante de la colección de Juan Antonio Pérez Simón. También acudió Luis Feás, miembro del patronato. El palacio de Velarde, en el que se ubica la obra, cerrará al público todas sus plantas, a excepción de la baja, el próximo 1 de febrero para reordenar la colección. Volverá a abrirse al público a finales de marzo.