La Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) volvió a cautivar al público ovetense bajo la dirección del asturiano Óliver Díaz, convertido ya en figura del mundo lírico tras su reciente nombramiento como director musical del teatro de la Zarzuela de Madrid. El concierto, patrocinado por LA NUEVA ESPAÑA, comenzó con la melódica "Jack in the Box" de Erik Satie. Luego llegó el turno del cuarteto de guitarras "EntreQuatre", que sumó un toque novedoso a la OSPA con los aires caribeños del "Concierto número 2 para cuarteto de guitarras y orquesta" compuesto por el cubano, afincado en España, Flores Chaviano. Todo un éxito.

La partitura, que cuenta con una amplia plantilla orquestal a la que se suma en la percusión una marimba y un vibráfono, fue un regalo de Chaviano a "EntreQuatre" para celebrar los 30 años de la agrupación. El maestro ya había compuesto otra pieza para el cuarteto de guitarras cuando celebraron los primeros diez años de su fundación. Los calurosos aplausos con que fue acogida la partitura obligaron al compositor, que se encontraba entre el público, a subir al escenario para saludar a los músicos y a los asistentes. La larga ovación trajo consigo una propina del cuarteto, que tocó "Cubanita", certificando una vez más los aires del otro lado del Atlántico que impregnaron el Auditorio.

Flores Chaviano mantiene una larga relación con Asturias, principalmente a través de "EntreQuatre", agrupación fundada en 1984, para la que ha escrito doce obras, la primera en el año de la creación del grupo, denominada "EntreQuatre", a la que seguirían otras como el "Concierto número 1", con motivo del décimo aniversario del cuarteto, "Escenas del Nalón" y "Tres canciones asturianas".

Tras las notas coloristas de Chaviano, la OSPA se introdujo en la "Sinfonía número 2" de Jean Sibelius, una obra que ya en su estreno, en 1902, consiguió un enorme éxito. Con ella el compositor finlandés cerró el periodo "romántico nacionalista".

El concierto consiguió ofrecer un repertorio variado y exitoso al que contribuyó la maestría de Óliver Díaz, un director de lujo que dejó ver la destreza que imprime la experiencia sabiendo adaptarse de forma magistral a cada composición.