Alberto García es miembro clásico de "Celtas Cortos", el grupo de folk/rock que este viernes actúa junto a la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) en el auditorio de Oviedo. Y Gustavo Fernández lleva tocando el violín en la OSPA mucho tiempo, desde un año después de su fundación. La conexión entre ambos es, claro está, un violín, el que le regalaron a Gustavo Fernández cuando tenía 8 años. Un violín que aquel crío vigilaba para que estuviera a buen recaudo. Con el tiempo lo vendió y acabó en manos de Alberto García. "Vendí el primero para comprar el segundo. No me acordaba de dónde había acabado, pero es que yo trabajé con sus tíos mucho tiempo". Media Alberto García en la conversación de inmediato: "Es que para mí Gustavo es un referente. Mi tío Luis era compañero y mucho más. De hecho, a Gustavo lo tengo en el tejido familiar".
El violín está en un bar de Valladolid, expuesto en una vitrina, y sus dos dueños llevaban más de 25 años sin verse: "Justo desde que se vino Gustavo para acá", dice Alberto García. Gustavo Fernández fija más el tiempo: "Me vine a estudiar con un 'Virtuoso' antes de entrar en la OSPA".
Lo curioso es que el primer dueño no recordaba exactamente qué había sido de su instrumento, y fue Alberto García quien le refrescó la memoria: "Yo siempre supe qué era de él y que se había instalado en Oviedo y en la orquesta". Alberto García apunta un último detalle a la historia del violín: "Se la recordé porque yo era muy consciente de que el violín con que yo empecé era con el que empezó Gustavo. Y para mí eso era muy importante; insisto, un referente". Además sirvió para esa conexión entre la OSPA y el grupo de Pucela: "Alberto se puso en contacto conmigo para conectar con nuestra gerente".
Ayer ya hubo una primera toma de contacto con la OSPA y el director, Óliver Díaz, al que alaba el componente del grupo: "Está a la cabeza del trabajo, es minucioso. No te sueles encontrar gente que trabaje así. Está haciendo que las partituras brillen. Para nosotros es de agradecer, se te ensanchan las costillas".
Respecto al repertorio, Gustavo Fernández dice: "Seguramente muchos de la OSPA nos vamos a divertir porque la mezcla de lo popular con lo sinfónico tiene sus resultados". Resultados que ya se apreciaron en su día con Víctor Manuel o "El Sueño de Morfeo. Finalmente, Alberto García dice que las canciones en general crecen mucho. Y concluye con loas a la OSPA y a Óliver Díaz: "Cuando te encuentras con alguien que trabaja así, el repertorio crece mucho".
