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La niña piloñesa que conmovió al Papa

Alexia Garduño Aladro le cantó el "Ave María" a Francisco en el hospital de México en el que está ingresada y sueña con conocer Covadonga

Alexia Garduño, con la medalla de la Santina al cuello.

El canto de Alexia Garduño Aladro, una niña de origen piloñés ingresada en un hospital de México a causa de un osteosarcoma en el fémur, conmovió hasta lo más profundo al Papa Francisco el pasado domingo, durante una visita al centro sanitario. "Rezaré por ti, no lo dudes. Tú también reza por mí", le susurró el Pontífice al oído, mientras la abrazaba con ternura tras escuchar emocionado su improvisada interpretación del "Ave María" de Schubert.

Del cuello de Alexia, tocada con una pañoleta azul por los efectos de la quimioterapia, colgaba una medalla con la imagen de la Santina, a la que tiene una gran devoción. Su mayor ilusión es recuperarse cuanto antes, para viajar por primera vez a la tierra de sus ancestros y conocer Covadonga.

Alexia Garduño Aladro tiene 15 años y es bisnieta y nieta de piloñeses de Villamayor y de Infiesto. Tenía una vida completamente normal en México D. F. hasta que el pasado mes de noviembre comenzó a sentir dolores en una pierna. Los primeros diagnósticos se confirmaron en Estados Unidos. Padece un osteosarcoma, el cáncer óseo más común en los niños, del que será operada el día 25 en Houston. Hasta que llegue el momento, permanecerá ingresada en el hospital infantil de México Federico Gómez, donde el pasado domingo recibió a un invitado muy especial, el Papa Francisco, en plena y multitudinaria visita en el país azteca.

Acompañado por autoridades locales, el Pontífice saludó a varios niños en el área de hospitalización. Cuando le llegó el turno, Alexia no lo dudó. Le dijo al Papa que quería su bendición y hacerle un regalo. Y ese regalo fue una interpretación del "Ave María" de Schubert que emocionó a Francisco e hizo que la primera dama de México, Angélica Rivera, no pudiera contener las lágrimas.

"Me gusta mucho cantar y vi una oportunidad única. Además, fue la primera vez que canté para alguien sin que me diera vergüenza. Era como estar solos el Papa y yo", aseguraba poco después del encuentro con Francisco una Alexia que no ha perdido la alegría de vivir ni la esperanza ante la adversidad. "No estoy enferma. Tengo algo, pero sé que se va a ir. Estoy al cien por cien segura de que todo va a salir perfecto", señaló en una entrevista para la televisión el mismo domingo por la tarde.

"Alexia es una niña muy fuerte que anima a toda la familia", subraya desde la capital de México Covadonga Aladro, una tía de la pequeña, en conversación telefónica con LA NUEVA ESPAÑA. Sobre lo sucedido el domingo afirma que "fue una sorpresa para todos". No sabían que iba a cantar para el Papa ni sus padres, Gabriel y Paloma, ni sus dos hermanas. "La verdad es que lo hace muy bien, pero no nos esperábamos algo así, ni tampoco la repercusión que ha tenido", reconoce Covadonga, quien, a miles de kilómetros, pide a los asturianos que "recen por Alexia a la Santina".

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