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TUNG-CHIEH CHUANG | Dirige hoy en el auditorio de Oviedo su primer concierto en España

"Chaikovski une en su quinta sinfonía el amor y el dolor extremos"

"Para mí es un reto el estreno mundial de 'Calle 1061', de Fernández Guerra, un compositor vivo con el que puedes intercambiar ideas"

El maestro Tung-Chieh Chuang, en la tarde de ayer, ensayando en el auditorio de Oviedo. NACHO OREJAS

El maestro chino Tung-Chieh Chuang dirige hoy a la orquesta Oviedo Filarmonía con el violonchelista francés Edgar Moreau en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo. La cita es a las ocho de la tarde. Debuta en España.

-En el programa que va interpretar, la primera obra es un estreno mundial.

-Sí, es un estreno absoluto. Para mi es un reto el estreno mundial de 'Calle 1061', de Fernández Guerra, un compositor vivo con el que puedes intercambiar ideas. Es español, me consta que es muy conocido. Esa relación obviamente no se puede mantener con los grandeso compositores del pasado.

-¿Cómo es?

-Es una obra bastante clásica, incluso barroca. Por eso a la orquesta le pido que toque de una forma clásica. Las cuerdas, por ejemplo, deben moderar el vibrato. Y a los vientos le indico que sean sencillos, que no busquen sonidos demasiado brillantes, sino algo más lineal.

-Con el violonchelista francés Edgar Moreau tocarán después el concierto número 1 de Shostakovich.

-Es muy joven y en el futuro será sin duda una súper estrella. Tiene un gusto excelente a la hora de emitir el sonido. Es muy natural. Hay un contraste muy fuerte entre la primera obra, sencilla y bonita y la segunda, fea y bruta, por así decir. En la obra de Shostakovich incluso se oyen las metralletas, tas tas tas tas, con un sonido muy brusco en la cuerda, muy presionada. Y por arriba oyes en los vientos notas muy agudas que parecen ser de gente gritando "dame comida, dame comida". Es una interpretación personal mía. Pero en general esas cosas aparecen en todos los instrumentos tratándose de las composiciones de Shostakovich. Es su estilo.

-Y después, Chaikovski.

-De nuevo otro contraste muy fuerte. Barroco con música sencilla para abrir; Shostakovich en el medio, con el sonido brutal ruso y después, sonido ruso también, de Chaikovski, pero muy romántico. Tanto que se puede escuchar su propia historia en esa música. Chaikovski sufría mucho. Era homosexual, algo que no estaba permitido en su época. Muy joven ya era famoso y no podía hablar con nadie de su homosexualidad. La ocultaba. Incluso se casó con una mujer para tener una vida exitosa para los parámetros de ese tiempo. Terminó muy mal ese matrimonio. Fue una historia muy triste. Cuenta esa historia en la quinta sinfonía que vamos a interpretar. Une el amor extremo y el dolor extremo. Y separados a veces solo por un instante. Se puede escuchar con una diferencia de un segundo un amor extremo y un dolor extremo. Esa es su experiencia vital. Ama mucho a alguien, quizá a un hombre, y sabe que no puede amarlo. En conjunto el programa que vamos a tocar es muy bueno. Con muchas cosas que se pueden experimentar en la vida.

-Debuta en Oviedo.

-Tengo 33 años. Una buena edad. No soy demasiado joven para dirigir una orquesta. Y al tiempo aún me faltan cosas. Nací en Taiwán. Estudié en Alemania, en Weimar, y vivo en Berlín. En Oviedo, sí, estoy por primera vez. Y es la primera vez que dirijo en España. Estuve antes dos veces de vacaciones, para divertirme solamente, en Barcelona y en Cadaqués, donde vivieron Dalí y Picasso. Me gustaría decir que gané el concurso de dirección Malko y que el premio incluye dirigir las Filarmónicas de Viena y de Munich nada menos.

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