Oviedo, J. N.

Primero los estrenos y después lo trillado, pero no por eso menos interesante e incluso sorprendente en la batuta del maestro Rossen Milanov, que al frente de su orquesta, la OSPA, ofreció ayer un concierto cargado de calidad en el auditorio Príncipe Felipe de Oviedo. La cita estaba patrocinada por LA NUEVA ESPAÑA.

Bajo el epígrafe "Auroras boreales" -continuación de otra edición anterior con esa misma referencia-, la velada se abrió con un estreno absoluto, "Danzas flamencas" del compositor, director y clarinetista avilesino Daniel Sánchez Velasco. Una pieza de cierta extensión, dividida en cinco movimientos, siempre andalucista -el compositor vive actualmente en Córdoba- y al tiempo cargada de acentos muy personales. Gustó mucho. Después "Incantations", del finlandés Rautavaara, estreno en España, para percusión y orquesta. Muy impresionante la actuación del solista Colin Currie, que cosechó un gran éxito. Como propina, y tras largos aplausos, ofreció una pieza de Elliot Carter.

Tras el descanso, la primera sinfonía de Rachmaninov, que Milanov exploró para continuar con la línea de novedades del programa, y lo consiguió con una versión grandiosa y cargada de personalidad. Los cuatro movimientos se sucedieron con mucha solemnidad, intensidad y hondura.