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Los que cuentan lobos en Asturias

Una treintena de voluntarios participa en la elaboración de un censo para demostrar que la especie es "acosada" y vive "a duras penas" en la región

Los que cuentan lobos en Asturias

El lobo ibérico, ese animal que a ojos de los ganaderos se reproduce a toda velocidad en la montaña asturiana, resiste a duras penas en el Principado. Eso es lo que pretende demostrar una treintena de voluntarios de la región que en los próximos meses participará en la elaboración del primer censo "independiente" de la especie. En el proyecto, liderado por el ecologista y científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Fernando Palacios, colaborarán seiscientos expertos de todo el país. Asturias tendrá a su propia cuadrilla de buscadores de lobos. El objetivo final es pedir a la Consejería de Desarrollo Rural medidas de conservación para un animal que, a diferencia del oso, es "acosado socialmente" en una comunidad que "vende" Paraíso Natural y fauna.

"Queremos hacer un trabajo claro, real e independiente de cualquier fuerza política", manifiesta Roberto Hartasánchez, presidente del Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas), la organización que más se ha implicado en el programa de Palacios. ¿La razón? La explica el biólogo Ángel Manuel Sánchez: "Las cifras que aportan las administraciones son interesadas y están infladas por los lobbys, principalmente por los ganaderos". Los expertos aseguran que la situación de la especie no es tan buena como la pintan en las cuadras. Más bien todo lo contrario. Los biólogos insisten en que el lobo es genéticamente "muy vulnerable" y ponen como ejemplo los crecientes casos de consanguinidad.

"En los años setenta, la especie estuvo a punto de extinguirse, por lo que la población atravesó un cuello de botella bastante importante. La consecuencia de ello es que hoy la especie, aunque haya crecido, presenta un nivel de parentesco muy alto y mueren muchos ejemplares al año", detallan. Sin embargo, eso no se refleja en los censos, en donde la especie fluctúa en cantidad "en función de ciertos intereses". El presidente del Fapas denuncia que los datos que aporta el Gobierno regional sobre la fauna salvaje -en este caso, el lobo- son "parciales, interesados y carentes de rigor científico". "Se está persiguiendo a la especie con unos criterios que no se ajustan a la realidad. Es decir, se cuentan ejemplares partiendo de la base de que cada grupo familiar está compuesto por diez lobos. Y eso sucede en Norteamérica, pero aquí casi nunca pasa".

A ello se refiere también Ángel Manuel Sánchez, miembro del equipo de Fernando Palacios, miembro del Museo Nacional de Ciencias Naturales: "Aquí las manadas tienen un tamaño medio de tres o cuatro lobos, no de diez. Esto quiere decir que se están dando cifras de 2.000 o 2.5000 ejemplares en España sin saber. Esto es un sindiós". De ahí que los científicos hayan decidido crear su propio censo, en el que empezarán a trabajar a partir de la primavera. Para ello se utilizarán diferentes métodos: recorridos por el monte (llamados transectos), identificación de la presencia de los cánidos por medio de la recogida de muestras de excrementos o el seguimiento de huellas y la utilización de cámaras fotográficas. Con estos datos, los ecologistas asturianos aprovecharán para sacar los dientes al Gobierno regional, que, a su juicio, suspende en conservacionismo. Ahí está también el ejemplo del urogallo, el otro gran emblema de la naturaleza que agoniza en Asturias.

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