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No sabe nada Urdangarín

Sale estos días en la tele un tipo dándoselas de Sócrates sin serlo. Viste más pijo, no es ateniense, es más guapo y no considera preferible sufrir una injusticia a cometerla. Iñaki Urdangarín no es Sócrates porque no sabe hacer preguntas ni buscar respuestas. Recorre los telediarios y frunciendo el ceño asegura que solo sabe que no sabe nada. Lejos de ser considerado el hombre más sabio de Atenas, aspira al título de más listillo de España. Sócrates era sabio porque sabía que no sabía nada. Urdangarín sabe que sabe pero dice no saber nada.

Urdangarín no recuerda, señoría. Y diciendo que no sabe no pica como un tábano a sus conciudadanos, pero molesta. No quiere despertar ni espabilar a nadie cuando no sabe, cuando no recuerda, cuando no le consta. Su fin no es espolearnos, es adormecernos, entontecernos, matarnos de aburrimiento. Sócrates recorría Atenas quitando la máscara a los supuestos sabios que decían saber lo que en realidad ignoraban. Urdangarín recorre los telediarios con la máscara de quien dice ignorar lo que en realidad sabe. La culpa es de otros, lo hicieron todo los listos, ellos son los que saben hacer trampas, dice. Sin ellos, Urdangarín se queda desasistido, sin capacidad para saber y, por tanto, para cometer delito ninguno. Los que saben, los malos, son otros. Solo (solamente) sabe que no sabe nada porque solo (en soledad) sabe que no sabe nada, señoría. Tras los telediarios, en "LaSexta noche" debaten sobre la comparecencia de Urdangarín ante la justicia. Falta sentido socrático: nadie obra mal a sabiendas; el delincuente no debe ser castigado, sino instruido; los centros penitenciarios deben ser sustituidos por centros educativos. La ironía no socrática ocurre cuando el delincuente finge su ignorancia, cuando el maestro del centro educativo (una "escuela de negocios") enseña a delinquir, cuando el alumno aprende que el mejor negocio es el delito y la mejor coartada es la ignorancia. Quien dice saber lo que ignora es peligroso. Quien dice ignorar lo que sabe puede serlo más.

www.antoniorico.es

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