La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Poveda llega al cine

El fundador de la Institución Teresiana dejó huella en Guadix y Covadonga, lugares por los que también pasaría Díaz Merchán

Poveda llega al cine

"Poveda", película recién estrenada con favorables cifras de audiencia, lleva al celuloide la vida de San Pedro Poveda (1874-1936), avanzado sacerdote en materia educativa y fundador de la Institución Teresiana, entidad que se caracteriza por la buena preparación y posiciones abiertas de sus mujeres.

Curiosamente, Pedro Poveda dejó huella en dos lugares -Guadix (Granada) y Covadonga-, en una secuencia temporal que décadas más tarde recorrería el hoy arzobispo emérito de Oviedo, Gabino Díaz Merchán.

"Cuando llegué a Oviedo puse de manifiesto que el padre Poveda, que era de Jaén, se había ordenado en Guadix y había realizado un gran apostolado en las cuevas de esa localidad", evoca hoy Díaz Merchán, que en 1969 se hacía cargo de la diócesis asturiana después de haber sido obispo de Guadix-Baza desde 1965.

Para atender aquellas cuevas, alojamiento impropio de los más desfavorecidos, "Poveda funda las Escuelas del Sagrado Corazón para niños y niñas pobres y aquello fue realmente el alma de la renovación de Guadix, que ha tenido siempre medios volcados en la ayuda a los que no tienen nada". Es más, "mi antecesor en el obispado transformó el llamado 'palacio del obispo' en un centro de estudios, de actividad musical y de trabajo, con lo que recogió mucho de lo que había sembrado el padre Poveda", explica Merchán.

Sin embargo, "Poveda tuvo dificultades porque había una cierta tensión entre la zona de las cuevas y el resto de la población, y entonces algunos le acusaron de estar fomentado la división". En efecto, el sacerdote hubo de explorar un lugar de paz y "buscó algún apoyo para venir a Covadonga como canónigo". Pero, pese a encontrarse en el otro extremo de España, Poveda no olvidó la causa educativa y "aunque algunos le vieron como un bólido caído en Asturias, se reconoció su gran reputación como pedagogo y como hombre muy preparado".

Y efectivamente, el destino que Poveda quería para sí mismo era el de "rodearse de personas muy preparadas y entregadas al ministerio de la educación". Así, "Covadonga fue para él una época de maduración de cara a fundar la Institución Teresiana, y allí se conserva lo que llaman la 'Casina', donde él vivió y formó una primera comunidad". Con el tiempo, Poveda "se establece en Madrid, un sitio más adecuado para el crecimiento de la Institución Teresiana, que realmente ha sido muy adelantada en el espíritu eclesial. El padre Poveda murió fusilado al comienzo de la Guerra Civil y fue canonizado en 2003.

Compartir el artículo

stats