Las personas con síndrome de Down de Asturias celebraron ayer el Día Mundial de ésta alteración genética con la realización de un mural en el Colegio Santo Ángel de Oviedo en el que han quedado reflejados los "mitos y realidades" del colectivo.

Inés Fernández, presidenta de la asociación asturiana, comentó que las necesidades de estas personas no son diferentes a las de cualquier otra. "En contra de lo que se cree, no son niños y desean una vida independiente como la de los demás, no se conforman con cualquier cosa".

La asociación asturiana tiene entre sus miembros unas 180 personas que padecen éste síndrome, aunque las últimas cifras de incidencia en Asturias son más elevadas y se calcula que llegan a las 600. Para Inés Fernández, los jóvenes con Down "tienen entre sus retos el empleo, llevar una vida independiente y crear una familia". Asegura que en los últimos años las cosas han mejorado mucho gracias a que "ha habido un cambio significativo, una mejor atención, acceso a la educación y al empleo".

En la actualidad, entre sus asociados hay 14 chicos y chicas que están trabajando, "algo impensable hace algún tiempo", comenta. El progreso forma parte de una dinámica que comienza con la atención desde el nacimiento. "La atención temprana es fundamental para conseguir que más tarde sean capaces de adquirir habilidades para vivir con cierta autonomía, que sean independientes". Algo que Inés Fernández ve posible si se les da apoyo porque asegura que, en contra de lo que se pensaba hasta hace poco tiempo, "ellos tienen capacidad, lo que ocurre es que no se trabajaba con ellos y se pensaba que no iban a aprender".

El Día Mundial del Síndrome de Down defiende la autonomía y la integración de los afectados. La asociación asturiana continúa hoy, a las 19.30 horas, la celebración con un concierto del Coro Infantil de la Fundación Princesa de Asturias en el auditorio de Oviedo.