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Los lagos de Covadonga viajan a casa del Langui

El grafitero César Frey pinta dos murales con el paisaje asturiano como protagonista en la casa madrileña del músico y actor

Los lagos de Covadonga viajan a casa del Langui

El Séptimo Crío, seudónimo del grafitero asturiano César Frey, no para. Después de su reciente paso por la madrileña feria de arte Arco de la mano de la galería Durán y de pintar un enorme mural en la parte posterior del teatro Lara de Madrid, acaba de finalizar en la casa del músico y actor conocido como el Langui un nuevo proyecto del que está especialmente satisfecho. Son dos murales de 5 y 9 metros cada uno que reproducen los lagos de Covadonga, un toque de paisaje verde que nunca sobra en la capital de España.

El hip hop fraguó la amistad del grafitero y el músico hace cuatro años y con el tiempo surgió la idea de pintar en la casa de este último. El Langui quería un trampantojo que ampliara el patio que une su vivienda con el estudio de grabación, "algo que pusiera una pincelada de naturaleza y diera amplitud al espacio". Así que los dos se pusieron a buscar el mejor paisaje hasta dar con dos imágenes del fotógrafo Koldo Chamorro sobre los Lagos. Spray en mano, Frey tardó sólo nueve días en transportar el paisaje asturiano a la madrileña vivienda del Langui. "Me ajusté a lo que él quería, así que en uno de los murales pinte a su caballo 'Ilusión' y en el otro a sus dos perros y la autocaravana en la que suelen desplazarse".

Fue un trabajo meticuloso y diferente a lo que el artista asturiano suele hacer, "porque intento evitar el tema paisajístico que me parece más propio de los años ochenta, cuando estaba de moda en todos los locales". Sin embargo, los resultados le reconcilian con dicha temática. "Lo veo acabado y me gusta", comenta, y relata el proceso llevado a cabo, que empezó colocando el césped artificial para darle después ese mismo verde al paisaje que "queda integrado como si fuera un 3D".

El resultado es de diez para el Langui, que lo ve "con ojos llenos de alegría" y celebra la capacidad de Frey para poder "hacer con el grafiti unos trampantojos que nos hacen salir del patio e ir más allá". "Es una maravilla", afirma, porque "no es fácil para un grafitero hacer un trampantojo, un mural, y César lo clava".

Al Langui le resulta especialmente estimulante llevar a su casa el paraíso natural asturiano porque es un admirador del Principado y conoce los lagos de Covadonga "desde pequeñito". Asturias estuvo muy presente en su infancia y juventud porque era muy visitada por su padre, "que se iba de acampada con una peña de amigos y regresaba contándonos las maravillas del lugar y enseñándonos fotografías y postales". Ahora ha querido llevar a su casa un trozo de ese paisaje tan familiar, alegrar el estudio de grabación donde pasa "mucho tiempo trabajando", afirma.

El Séptimo Crío lleva varias semanas instalado en Madrid y regresa estos días a Asturias con la intención de instalarse una buena temporada. Reside en Gijón, pero tiene en Mieres su campo de actuación, un lugar al que siempre regresa. "En la Cuenca tengo mayor demanda, allí fueron mis inicios y tengo un grupo de gente con la que trabajo".

En esta ocasión regresa especialmente satisfecho tras su paso por Arco y los encargos de la casa de subastas Durán, "una experiencia genial, porque nací dentro del grafiti, en la calle, y que se interesen por mi trabajo para una feria internacional lo vivo con una sonrisa, entre la incredulidad y el gozo".

A pesar del éxito, El Séptimo Crío está convencido de que en el mundo del arte hay un grado de especulación grande, lo que le lleva a mantenerse alejado de las galerías y centrarse más en motivos de decoración, que considera más próximos a su cultura hip hop.

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