El escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa publicó ayer una selección de sus obras en la emblemática colección La Pléiade, de la editorial francesa Gallimard, un honor que sólo han recibido en vida 16 autores antes que él. El premio Nobel, que este lunes cumple 80 años y acaba de publicar la novela "Cinco esquinas", recibió este reconocimiento como un "regalo", según comentó el responsable de la edición, Stéphane Michaud.

"La importancia que Vargas Llosa otorga a La Pléiade viene de su amor por la literatura, tanto francesa como universal, tan bien representada por esta colección, que además tiene el marchamo de ser imperecedera", explicó Michaud, profesor de Literatura Comparada en la Universidad de la Sorbona, en París.

En las páginas de papel biblia de esa misma colección, el autor leyó a clásicos franceses, como Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud y Stendhal, en su época de estudiante de francés en Lima.

El entusiasmo del escritor hispano-peruano recuerda la reacción del literato argentino Jorge Luis Borges, que, tras conocer que iba a entrar en la colección, apuntó que para él era "mucho más importante que el Nobel" porque podría "codearse con Montaigne y Kafka".

Con una vida marcada por los éxitos, Vargas Llosa se convertirá en el primer extranjero publicado en vida en una colección que reúne figuras universales, ya que la recopilación de Borges vio la luz con carácter póstumo, aunque estaba en marcha desde antes de su muerte. La noticia le llegó al autor peruano hace ocho años en Barcelona, cuando su editora, la recientemente fallecida Carmen Balcells, le enseñó la misiva en que el editor Antoine Gallimard expresaba que "ya era hora" de que ingresara en la codiciada colección.

La edición renueva la traducción francesa del lenguaje "suntuoso, abundante y polifónico" de Vargas Llosa, detalla Michaud, elegido por el propio autor para coordinar la tarea de publicación.

Además de la oportunidad de entrar en este preciado olimpo literario, para Vargas Llosa ha sido también la ocasión de revivir un París con el que creció soñando y al que creía que debía llegar para convertirse en escritor, como relata en su autobiografía "El pez en el agua". En esta urbe iniciática terminó su primera novela, "La ciudad y los perros", y empezó "La casa verde", dos obras que forman parte junto a "Conversación en la catedral", "La tía Julia y el escribidor", "La guerra del fin del mundo", "La fiesta del Chivo", "El paraíso en la otra esquina" y "Travesuras de la niña mala" de los dos tomos que ahora publica en un cofre La Pléiade.