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Whatsapp pelea por la privacidad

La compañía incorpora un encriptado que ni ella puede vulnerar y así se defiende de las peticiones policiales para difundir datos de clientes

Whatsapp, la aplicación de mensajería con más de mil millones de usuarios en todo el mundo, acaba de aplicar un sistema de encriptado que garantiza, según sus desarrolladores, que nadie salvo el emisor y el receptor podrá leer los mensajes transmitidos. Desde ayer, todos esos millones de usuarios han recibido el aviso al abrir el Whatsapp.

Uno de los creadores de la aplicación, Jan Koum, aduce razones personales y casi sentimentales para blindar así la privacidad de sus clientes. Creció en la Unión Soviética "donde la gente no podía hablar con libertad, y esa fue una de las razones por las que mi familia se mudó a Estados Unidos".

Sin embargo, la verdadera razón para haber puesto en marcha un encriptado que ni siquiera la propia compañía puede vulnerar tiene que ver, sobre todo, con la reciente pugna entre el FBI y Apple para que la compañía tecnológica permitiese a los agentes federales el acceso al Iphone del terrorista de San Bernardino. El acceso por parte de los Gobiernos a las conversaciones particulares que fluyen a través de determinadas aplicaciones digitales empieza a convertirse en un asunto muy espinoso para las compañías tecnológicas. En Brasil, por ejemplo, el vicepresidente de Facebook en América Latina fue detenido temporalmente por negarse a colaborar con una investigación sobre narcotráfico y facilitar el intercambio de mensajes que varios narcos se habían hecho a través de Whatsapp, una compañía propiedad de Facebook.

Los pleitos empiezan a llover en ese sentido. Así, unas de las salidas legales que las compañías están encontrando es poner en marcha un sistema de encriptado del que no tengan claves y les resulte imposible de vulnerar, aunque se lo exija la autoridad. Y eso es lo que ha hecho Whatsapp para defenderse: desvían la responsabilidad hacia el usuario, que sería el único que podría permitir semejante entrada en su privacidad.

La compañía informa así a sus clientes, en su web oficial, del nuevo sistema de encriptado que incorpora la última versión del Whatsapp: "Tus mensajes están seguros con un candado y solo tú y el receptor tienen el código/llave para abrirlo y leer los mensajes. Para mayor protección, cada mensaje que envías tienen su propio candado y código único. Todo esto pasa de manera automática; sin necesidad de ajustar o crear chats secretos especiales para asegurar tus mensajes". Es decir, las claves del encriptado no se almacenan en un servidor centralizado gestionado por Whatsapp. El encriptado funciona de extremo a extremo, de móvil a móvil. Es el dispositivo de cada usuario el que almacena esas claves. Este paso que ha dado Whatsapp, por el enorme volumen de usuarios que tiene en todo el planeta se ha considerado un paso capital para proteger la privacidad de los usuarios, algo cada día más importante en un mundo en el que "la mayoría de nuestros datos se han digitalizado. Cada día conocemos historias sobre datos sensibles que sufren accesos impropios o que son robados", dicen los creadores de la aplicación en un comunicado oficial. Jan Koum y Brian Acton, de paso se marcan un alegato en favor de la libertad: "Nadie podrá mirar dentro de nuestros mensajes. Ni los cibercriminales, ni los hackers, ni los regímenes dictatoriales".

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