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Un camino entre pucheros

Cachopo con sorpresa

Esther Caramés está al frente del bar El Cuco, en La Marzaniella (Corvera), un chigre de toda la vida donde mandan la cocina tradicional y el tapeo

Esther Caramés Iglesias, en el exterior de su establecimiento, en el barrio de La Marzaniella, en Corvera. A. PAREDES

Durante la semana es un poco más intenso el paso de vehículos por la carretera a la que se asoma el bar restaurante El Cuco, que se divisa siempre con facilidad gracias al color azul de su fachada, en el barrio de La Marzaniella, en Corvera. No pasa desapercibida la construcción que, junto al edificio principal, fue antaño un hórreo, algo que se comprueba al entrar en él y ver cuatro altos pegollos. Hoy es su comedor.

Pequeño, para unas veinte personas, es éste un espacio sencillo en el que la sobriedad de las paredes -donde lucen dos tejas decoradas con los escudos del Real Oviedo y del Sporting de Gijón- pasa desapercibida una vez sentados a la mesa para comer algunas de las especialidades culinarias de Esther Caramés Iglesias, quien hace tres años se hizo cargo de este barín cordial y amable, de barrio de toda la vida, y tras darle un lavado de cara lo puso a funcionar ofreciendo comida tradicional asturiana y menús atrayentes, tanto de lunes a viernes como durante el fin de semana. También tiene otras cuatro mesas en la zona del chigre, con una capacidad para dieciséis personas.

El Cuco se encuentra en una zona llena de historia, aunque tal vez a simple vista no lo parezca. Por un lado, su barrio lo atraviesan numerosos peregrinos que van haciendo el Camino de Santiago desde Llanera y teniendo como destino Avilés. También está presente, y mucho, la historia industrial, pues al otro lado de la carretera, entre otros edificios, además del campo de fútbol donde entrenan las categorías inferiores, están los viejos talleres de laminación de Arcelor, hoy cerrados, tal y como recuerda un vecino del barrio mientras toma una cerveza y unas aceitunas en la terraza de este establecimiento.

Después de varios años trabajando en hostelería en Piedras Blancas, Esther Caramés decidió ponerse por su cuenta en Corvera, donde hoy triunfa con platos tradicionales pero también con alguno de su invención, como es el cachopo "grande", que, además de estar relleno con jamón y queso, lleva en su interior un revuelto de champiñones, acompañado de pimientos y patatas fritas. También es muy solicitado el cachopo tradicional.

Otros platos que destacan en su carta son, por ejemplo, el solomillo con queso de cabra a la plancha, fabada, pote asturiano, escalopines al cabrales, paletilla de cordero al horno, callos caseros, que los tiene todo el año excepto los meses de julio y agosto; algunas de sus sartenes, como la de bacalao, setas y gambas; picadillo de jabalí, costillas al ajillo o pulpo, que sirve tanto a la gallega como al ajillo o con gambas. Para los que quieren mantener el tipín ofrece sus verduras a la plancha o una ensalada templada de pulpo con almejas. De lunes a viernes el menú es a 8 euros, con tres platos a elegir en primeros, segundos y postre. Llegado el fin de semana hay otro especial, donde se puede elegir entre cuatro primeros, segundos y postres por 14 euros. De estos últimos destacan la tarta de manzana y el arroz con leche.

El Cuco tiene una pequeña terraza frente al local, además de otra zona con prao, tras el edificio, con mesas de madera. El fin de semana es necesario llamar y reservar en el 984089473. Abre todos los días. Luego, para la digestión, viene bien dar un buen paseo por el entorno del embalse.

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