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El itinerario, con 1.900 metros cuadrados llenos de esplendor, comienza frente al portón neoclásico, en el 5 de la calle de Las Dueñas, desde donde se accede a las caballerizas y al patio del Limonero.
El corazón de la casa late en el patio principal, creación del arte morisco sevillano. Se extiende a través de los salones de la Gitana, que toma el nombre del bronce que preside la estancia, de Benlliure; el de los Carteles, el Cuadrado y el de Lectura. La antecapilla es toda una pinacoteca, jalonada con retratos familiares de Cayetana, sus padres y el actual duque Carlos Fitz-James Stuart con sus dos hijos.
Desde la antecapilla se llega al patio del Aceite y al antepatio, con esculturas romanas recuperadas por Jacobo Fitz-James Stuart, abuelo del duque, que quiso devolver el lustre a la casa, construida a la par que la de Pilatos, sede de la Fundación Medinaceli, para dos hermanos de la misma familia. Tras la fachada principal, cubierta de buganvillas, el paseo culmina en el jardín de Santa Justa, entre cerámicas y azulejos que muestran a Justa y Rufina, protectoras de la Giralda y la Catedral.
Después de encontrarse cara a cara con parte del patrimonio histórico español, ver un traje de torero de Curro Romero y, tal vez, otear, a hurtadillas, a través de la escalinata el piso alto, donde la familia conserva estancias como el salón del Piano, en el que tocó Rubinstein, la tienda ofrece aceite y galletas marca Casa de Alba. También cerámicas con el logotipo de Las Dueñas, copia del emblema del siglo XIX, y hasta reproducciones de joyas de Eugenia de Montijo, hermana pequeña de Francisca, duquesa de Alba por su boda con Jacobo, XV Duque de Alba, que fue alcalde de Madrid.
La casa, donde también nació Carlos Falcó, marqués de Griñón, emparentado con los Alba a través de Rosario Falcó, condesa de Siruela y mujer del XVI Duque Carlos Fitz-James Stuart, abuelos de Cayetana, abre de abril a septiembre de 10.00 a 20.00 horas y de octubre a marzo, de 10.00 a 18.00 horas. La entrada cuesta ocho euros y seis para niños de 6 a 12 años, discapacitados y mayores de 65.
Los lunes no festivos, a partir de las cuatro de la tarde, el acceso es gratuito, aunque lo cierto es que el paseo por los entresijos de la vida ducal es impagable.
