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Clara se supera con el ritmo de Melendi

Una joven moscona víctima de un grave atropello en 2015 sale adelante gracias a las canciones del artista ovetense

Clara González Vigil, con una camiseta y una foto de Melendi, y, tras ella, sus padres, Javier González Bueno, con la gata "Nuca", y Elena Vigil Machargo. miki lópez

Clara González Vigil va cada día al Instituto de Grado César Rodríguez. Lo compagina con una larga recuperación tras pasar por un calvario en el hospital. Una recuperación que aún sigue a base de su esfuerzo, el de sus padres, Javier González Bueno y Elena Vigil Machargo, el del profesional en la rehabilitación del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y, por supuesto, el de la neuropsicóloga que la atiende en casa. En los peores momentos, cuando estaba en planta en el hospital, se alivió y estimuló escuchando canciones de Melendi.

Clara sufrió un atropello en Sariego el día de Año Nuevo de 2015. En la primera exploración médica las noticias eran muy malas: tenía un traumatismo muy grave. Estuvo en la uci todo el mes de enero. En febrero pasó a planta. Posteriormente le reimplantaron los huesos de la cabeza tras una operación. Cuando pasó a la habitación empezó a beber, a comer "¡y a hablar!", algo que aún recuerda su madre con toda la emoción que cabe en el ser humano. Empezó a reír primero con sus primas. "Yo pensé que era un acto reflejo. No se me olvidará el primer día que habló, estábamos viendo la película 'Doctor Dolittle, concretamente en una escena de una gorda que está en el váter. Ella se reía a carcajadas. Eso me hizo comprender que entendía. Me acerqué y me dijo: 'Mamá, me duele'. Le pregunté qué le dolía y me respondió que la oreja. Era porque tenía un rodete de silicona para protegerle la cabeza", explica su madre, que añade que en todo este proceso que lleva de recuperación hubo mucho de estimulación y la familia lo hizo y lo hace a través de su música, sus dibujos o la escritura, uno de sus refugios. También cuenta Elena Vigil que en estas circunstancias tan terribles te encuentras a gente muy buena, como Luis Miguel Jiménez, alguien que los ayudó, motivó y animó.

Y Clara fue sobrellevando los días más duros del hospital con la música de Melendi. Clara es fan de Melendi, al que vio en varias ocasiones, una de ellas precisamente cuando estaba tratándose en Barcelona y coincidió con un concierto del cantante ovetense. "Me acuerdo un día en Sariego que mi madre estaba limpiando unas sillas y puso la tele. Estaban con videoclips y salió el de 'Lágrimas desordenadas'", relata Clara en su casa de Grado, recién llegada de rehabilitación acompañada por su madre. Ahí fue donde descubrió a Melendi. Entonces tenía 9 años (ahora tiene 13) y, ciertamente, el cantante llevaba años arrasando tanto con la cantidad de público que iba a sus conciertos como en producción discográfica. Años después, cuando Clara estaba en los peores momentos en el hospital, lo escuchaba y la animaba: "En el MP3 tengo una carpeta entera con canciones suyas. Me lo ponía en una lámpara especial y podía cambiar de canción a canción", relata.

Dice Clara que tiene buen oído, que Melendi "está cambiando la forma de cantar, que antes cantaba muy flamenco", matiza sonriendo. También hay una referencia para el tuneado físico del cantante: "Ahora tiene alisado y más corto el pelo, antes lo tenía como con melenina", precisa entre risas mientras merodea por el salón de la casa la gata "Nuca", que es muy protagonista en la familia.

La cría tiene varios discos de Melendi, incluso uno de ellos del concierto que hizo en Madrid. También "fuimos a Barcelona, al Palau Sant Jordi", comenta. Y ahí hace un análisis musical: "En Sant Jordi estuvo bien. Melendi o 'Amaral' no son igual que otros, ellos lo hacen en directo casi como en el disco. Cambian un poquitín, pero casi no se le nota. A Malú, por ejemplo, igual se le nota más", puntualiza con finura auditiva. En Barcelona estuvo tres meses en un centro intensivo de rehabilitación, pero las expectativas no se cumplieron. Hubo que seguir aquí rehabilitando. "Luego se pasó el verano estudiando y en septiembre aprobó todo con nota", matiza su madre. Elena Vigil.

La música siempre ha sido una buena terapia y, ciertamente, las canciones de Melendi han sido una sólida compañía para Clara, al menos un alivio en determinados momentos: "Ahora vengo del coche, tengo un mando y voy cambiando a las canciones de Melendi. Me las sé de memoria". Y algunas son muy especiales, canciones como "Saraluna", que, evoca Clara, "me hizo llorar la primera vez que la oí. No se me parecía nada a Melendi", explica con cierta ironía por el estilo de la pieza. Y hace un recuento de otras, como "Posdata", "Cheque al portamor"? "Efectivamente, le sigue ayudando en sus momentos a solas, junto a sus dibujos y sus otras músicas", dice su madre.

Tras el accidente ha dado un primer paso para iniciar la vida dentro de la normalidad. Y eso empezó con el curso en el instituto. La asignatura que más le gusta es Naturales: "Las flores, la geosfera, los animales?". La conversación se interrumpe momentáneamente porque vuelve a entrar en acción "Nuca", una gata negro charol que no paró de jugar durante toda la charla.

En la despedida, Clara relata cómo es su día a día ahora: "Me levanto siempre con el pie izquierdo, no sé por qué; luego, en clase, ya me viene el buen humor, aunque hay muchas Matemáticas. En el recreo voy a la biblioteca", cuenta ("antes leía mucho a Mafalda", recuerda su madre). En el instituto está hasta las dos y media. "Voy a casa y como a carreras. Luego tengo que esperar antes de ir a rehabilitación porque viene la neuropsicóloga. Me río mucho con ella, no quiero que me la cambien nunca. Y luego vamos al HUCA a rehabilitación", a proseguir la pelea y a ir mejorando.

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