La Orquesta Barroca de Sevilla ofrece hoy, a las ocho, en la sala de cámara del Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, la segunda entrega de la III Primavera barroca, ciclo que se extenderá hasta el siete de junio. El conjunto está dirigido por el maestro Enrico Onofri y cuenta con el concurso, como solista, de la soprano británica Julia Doyle. En el programa "obras de Vicente Basset, Pedro Rabassa, Antonio Ripa y Franz Joseph Haydn que se conservan en el archivo de la catedral de Sevilla" según indicó ayer desde Madrid -donde ofrecieron un concierto en el Auditorio Nacional- Pedro Gandía, director artístico de la formación y violinista que toca con el conjunto andaluz.
"Apostamos por la recuperación, en tiempos modernos, de obras de compositores que fueron maestros de la catedral hispalense. Esa es nuestra principal perspectiva artística. Como orquesta barroca de Sevilla nos centramos en nuestro patrimonio cultural. Mención especial merecen en ese universo dos autores muy importantes, Rabassa y Ripa y hacemos también en el concierto un homenaje a Domingo Arquimbau ya que tocamos una sinfonía de Haydn que cuenta con arreglos e indicaciones suyas".
El conjunto de las obras que van a ofrecer hoy en Oviedo están grabadas por la orquesta aunque no todo ha salido al mercado. Las piezas de Rabassa las dispusieron en una discográfica propia hace cuatro años. Tuvo un éxito considerable con diversas distinciones. En cuanto a las de Ripa, el disco salió hace un año. La sinfonía de Haydn está grabada pero falta la posprodución así que no llegará al mercado hasta el año que viene.
La orquesta sevillana se constituyó hace dos décadas y hace repertorio clásico, barroco e incluso del primer romanticismo. "Vamos de Monteverdi a Schubert. Por eso la configuración del conjunto es variable en función del repertorio que interpretemos. En Oviedo, entre 15 y 20 efectivos con instrumentos históricos, con cuerdas de tripa, arcos barrocos y trompas sin llaves. Es nuestra particularidad". Recibieron hace cuatro años un Premio Nacional y están muy asentados en el panorama musical español y en el europeo.
"El afán de de verdad que nos mueve a los que nos dedicamos al Barroco y en general a la recuperación de la música antigua complica las cosas y al tiempo es muy agradable. Todos intentamos que las obras se toquen como están escritas, si son para violín no es lógico tocarlas con una viola y si es para oboe de madera no se debe tocar con oboe con llaves modernas. Si se puede, como así es, trabajar con instrumentos que reflejan lo que está en las partituras, se debe hacer así. Tocar de manera históricamente informada, siendo leal al compositor y sus partituras y añadiendo la fantasía del intérprete" indica Gandía.
En cuanto a la soprano Julia Doyle señala que "es excepcional, creo que a todos gustará con su afinación y limpieza de voz. Es una vieja conocida de la orquesta. El último disco sobre Ripa y Rabassa lo grabamos con ella. Es muy conocida en su Inglaterra natal donde trabaja con grandes grupos de esa nación".
El Barroco está en auge porque "cuando lo pruebas no lo puedes dejar. En los setenta hubo una reacción natural, una vuelta a los compositores para alejarse de determinados arreglos de los intérpretes. Pero cuando se va a las fuentes se ve que los intérpretes también tienen mucho que decir porque las partituras en muchas ocasiones son esquemas y bocetos sobre los que hay que poner la pintura y el pan de oro, por así decir, para que sean vivas. No hay vuelta atrás, el Barroco es una música excelente. Cuando en otros tiempos se pensaba que la música empezaba en Beethoven y en Mozart se olvidaban doscientos años anteriores de música universal".
La III Primavera Barroca continuará el 24 de marzo, domingo, a partir de las siete de la tarde, día que se recuperará el concierto de Forma Antiqva que tuvo que suspenderse en el inicio del ciclo por repentina enfermedad del contratenor Carlos Mena.
