El Museo de Bellas Artes de Asturias inauguró ayer la exposición "El vaciado de la huella belga", una muestra del artista avilesino Carlos Suárez, compuesta por seis piezas, que parte de un trabajo teórico para desembocar en el archivo de la Real Compañía Asturiana de Minas-Asturiana de Zinc. La idea se centra en la relación que se establece entre el arte y el archivo, una de las narrativas sobre las que trabaja el arte contemporáneo, que utiliza este contenedor de historia "para indagar sobre el pasado y la memoria y reflexionar sobre la identidad".