La aventura de Equipo Navazos cumple una década. Comenzó una mañana de finales de otoño de 2005 de la mano de un elegante y poderoso vino sanluqueño que se convirtió en La Bota de Amontillado nº 1 Navazos. Diez años después, se celebra este joven aniversario con un palo cortado único con el que se pretende poner en valor la antigua tradición vinatera de Chiclana de la Frontera, una población que pertenece al llamado Marco de Jerez pero cuyos vinos no pueden etiquetarse bajo la D.O. Jerez-Xérès-Sherry. Un "NO" viejo y elegante a pesar de su concentración y complejidad, procedente de una sola bota que ha envejecido durante más de cincuenta o sesenta años en la Bodega Campano de M. Aragón. Tras décadas de evaporación (la parte de los angeles) que no ha sido refrescada, la bota contenía apenas algo más de 300 litros que se han embotellado íntegramente. De igual manera que ocurrió con la edición número 26, esta bota 62 sirve para agradecer el apoyo y reconocer la valiosa aportación de los amigos que les seguimos acompañando en este camino apasionante.

El Palo Cortado de La Bota 63 es un vino tremendo, súper concentrado y viejísimo, de la misma categoría que las más nobles y antiguas reliquias y sacristías del Marco, incluyendo las ediciones número 5 (bota NPI), 14 (Oloroso), 47 (Palo Cortado) o 49 (Amontillado). Apenas 900 medias botellas, resultado de combinar dos botas mermadas, una de ellas la bota punta y otra la número 5, de una viejísima solera de oloroso que Chano Aragón tiene en su bodega del centro de Chiclana en la calle Olivo. La edad de La Bota de Palo Cortado 63 Bota "NO" es antiquísima, seguramente cercana a los 80 o 90 años, uno de esos vinos muy secos y concentrados, con acidez elevada, amargor acentuado y poderoso extracto seco, que algunos prestigiosos catadores consideran imbebibles. No lo creo así, aunque desde luego no se trata de un vino para trasegar despreocupadamente, sino sobre todo para disfrutar oliéndolo y tomando un leve sorbo muy de vez en cuando.