Figura clave del movimiento ilustrado, Juan Agustín Ceán Bermúdez (Gijón, 1749-Madrid, 1829) llega el próximo mes de mayo a la Biblioteca Nacional con honores de sabio imprescindible para conocer la historia del arte español, un reconocimiento que se plasmará en una magna exposición que recorre su vida y su obra a partir de 155 piezas agrupadas en 9 secciones.

Comisariada por Elena Santiago, bibliotecaria émerita, la muestra dedicada a Ceán Bermúdez, historiador del arte y coleccionista ilustrado, busca "transmitir una renovada visión de un personaje mucho más complejo, interesante e importante de lo que hasta ahora conocemos".

Para descubrir y subrayar los méritos del que fuera un excelente conocedor de la historia de España de finales del XVIII y comienzos del XIX, amigo de Jovellanos y de Goya, y personaje fundamental de la historiografía y la crítica artística, el catálogo incluye cinco estudios, enfocados en distintos aspectos de su trayectoria. El centrado en su biografía corre a cargo de Javier González Santos, profesor de historia del arte de la Universidad de Oviedo, que hace una reconstrucción pormenorizada y fundamentada de su vida.

Santos relaciona al personaje con los acontecimientos históricos del momento, el ambiente en el que se movió y la creación de sus obras. Dibuja el perfil de un erudito, pero también de "un hombre honrado, leal, trabajador incansable, metódico, empeñado en la defensa del arte y de los artistas españoles y de los ideales ilustrados. Alguien para quien sólo la educación podría traer el progreso a los pueblos".

La muestra, que busca poner de relieve el importante papel que jugó en el ámbito cultural, reunirá parte de sus publicaciones, que incluyen escritos que aún permanecen inéditos, y una selección de sus colecciones de dibujos y estampas. Son piezas procedentes en su mayor parte de la Biblioteca Nacional, pero también del Museo del Prado, de donde vienen siete dibujos y un cuadro. También habrá materiales de la Real Academia de San Fernando, la Fundación Lázaro Galdiano, el Colegio de Arquitectos de Madrid y la Bilioteca de Asturias "Ramón Pérez de Ayala", de donde procede uno de los manuscritos que formarán parte de la muestra.

Con todo ello se podrá hacer un recorrido por la obra del que está considerado como el primer escritor en España que se dedicó casi en exclusiva a las bellas artes. En su haber tiene importantes monografías sobre pintura, arquitectura, arqueología y grabado, además de guías, artículos de prensa, crítica de obras e informes académicos. No solo se dedicó al estudio y la crítica, también tradujo tratados de autores extranjeros y culminó su obra escribiendo la primera historia de la pintura europea en español.

Nacido en el seno de una familia humilde, Ceán Bermúdez, forjó su trayectoria intelectual gracias a su constante interés por aprender, pero fue también la amistad con Jovellanos la que le sirvió de acicate para lograr la sólida formación que le abrió las puertas al reconocimiento de sus contemporáneos y a numerosos honores académicos. Fue el suyo un pasado de enorme reconocimiento entre el mundo intelectual ilustrado que, como reconoce Elena Santiago, se fue desdibujando con el paso del tiempo, un mérito y una grandeza que es necesario "volver a poner de relieve ante el gran público español".

La valía de erudito asturiano queda de manifiesto en publicaciones como el "Diccionario histórico de los más ilustres profesores de las bellas artes en España" (1800), aún hoy de consulta ineludible para abordar cualquier estudio sobre esta materia en fechas anteriores al siglo XIX en nuestro país. Son seis volúmenes, publicados por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, para los que Ceán contó con una amplia red de informadores extendida por toda la península, pero también fue fruto de su propia experiencia a través de numerosos viajes y visitas a colecciones privadas y a talleres de artistas cuya compañía frecuentaba. En alguno de esos viajes debió conocer a Goya con el que fraguó una larga amistad, la que también mantuvo con personajes como Iriarte, Moratín, Vargas Ponce y otros nombres que apoyaban la regeneración del país a través de la educación, la cultura o la política.

Tras la publicación del diccionario , en 1823 inició su "Historia del Arte de la Pintura", la primera en su género escrita en castellano, una obra sin parangón en el contexto europeo que hasta el momento sigue inédita, y en la que estudia la evolución de la pintura en las principales escuelas auropeas hasta el siglo XVIII, reivindicando la española y poniéndola al mejor nivel europeo . Los manuscritos de los once volúmenes se conservan en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Además de repasar toda su obra escrita, la exposición dedica un amplio apartado al Ceán Bermúdez coleccionista de dibujos. Es ahí donde se muestran los siete procedentes del Museo del Prado, entre los que figuran firmas como Battista Castello, Alonso Cano y Valdés Leal. También se indica que fueron suyos la mayor parte de los dibujos que Goya hizo de cuadros de Velázquez para después pasarlos a grabados, entre ellos dos caballos, hoy en la Fundación Lázaro Galdiano, y el exquisito de Las Meninas, de una colección particular, que se expone junto al grabado. Pero el apartado más extenso de la exposición es el dedicado a las estampas, donde se podrán ver 65 obras seleccionadas.

Es una selección muy significativa de las que circularon en la época por los talleres de los artistas españoles. En estas y muchas otras se basó el erudito gijonés para redactar su historia del grabado europeo, lo que demuestra no sólo los grandes conocimientos que tenía sobre la materia, sino su gran capacidad para describir y analizar las estampas y su gran sensibilidad para apreciarlas, concluye Elena Santiago.