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EGILS SILINS | Bajo-barítono, canta mañana en el auditorio de Oviedo

"Prokofiev piensa en Stalin para su 'Iván el Terrible', un tipo malo sí o sí"

"He cantado 92 roles a lo largo de mi carrera; hice, por ejemplo, 16 producciones de 'El Holandés errante', lo interpreté más de cien veces"

Egils Silins, en la tarde de ayer, en el auditorio de Oviedo. LUISMA MURIAS

El barítono-bajo letón Egils Silins será mañana Iván el Terrible en el concierto que se ofrecerá en el auditorio de Oviedo a las ocho de la tarde. Con él, para interpretar la obra homónima de Prokofiev, la orquesta Oviedo Filarmonía, el coro de la Fundación Princesa de Asturias y los también solistas, Olesya Petrova, mezzo y Andrejs Zagars, narrador. Todos dirigidos por el maetro Marzio Conti. Silins posee la maravillosa técnica de canto de la escuela báltica donde musicalmente destacan la mezzo Elina Granca y, ya en la dirección, Andris Nelson y Maris Janssons. Quizá los mejores coros del mundo son los letones.

-¿Cómo es su rol?

-Curiosamente, aunque es un papel terrible, como se dice en el título de la obra, en realidad es ligero, compacto y breve. Es un rol de carácter. No es heroico. Tiene su lógica porque se compuso para una película. Prokofiev crea esta música para Eisenstein que ya entonces era muy famoso en el mundo del cine. Con ese enlace ya llenaba una obra, ya la justificaba. Desde mi punto de vista el papel principal lo juegan la orquesta y el coro. En las partes de los solistas se escuchan facetas y colores interesantes. El personaje, un zar, no era la figura más querida por el pueblo de manera que el papel es negativo sin remedio. Un zar conocido especialmente por su mano dura.

-En todo caso construye la Rusia moderna.

-Sí, es del tiempo de Boris Gudunov. En algo es paralelo a la Rusia de Putin.

-Y la película y la música tienen una intención de propaganda.

-Prokofiev piensa en Stalin para su Iván el Terrible, un tipo malo sí o sí. Es su gran adversario. En esta obra, hay líneas en las que se ve que lo tenía enfilado.

-La compuso en Rusia.

-Sí. Se la jugaba. Pero se puede hacer crítica con otro nombre. En vez de Stalin, Iván el Terrible.

-Prokofiev y Stalin murieron el mismo día.

-Sí, el mismo día y por eso nadie fue a poner flores en la tumba del compositor, que murió en el anonimato. Todos estaban pendientes de Stalin.

-¿Cómo es vocalmente su papel?

-Es un rol cómodo para un bajo-barítono, tiene un toque baritonal. A nivel solo vocal parece que cuenta con una estructura muy sencilla pero todo se hace más compacto y complejo con la orquesta. En todo caso no es un papel difícil. Es típico de Prokofiev escribir en ese estilo clásico y al tiempo moderno. Una melodía clásica que se transforma en una estructura claramente moderna.

-Una obra pensaba para interpretar durante la proyección de la película.

-La idea era esa, se proyectaba la película y la orquesta la acompañaba in situ con los solistas. No es una obra popular. En absoluto. Y ha caído un poco en el olvido. Puede ser que también por razones políticas se haya dejado en el olvido. Apenas se toca en la actualidad. Quizá en alguna ocasión en Berlín o Leipzig. Creo que la hizo Karajan en su momento. Algo más en Rusia. Creo que en España nunca se interpretó.

-¿Cómo es la escuela báltica de canto a la que usted pertenece?

-Es una escuela especial por su mezcla. Antes de la guerra los cantantes y profesores estudiaban en Italia y en Rusia al mismo tiempo. Y se ha logrado una unión de los dos estilos que se acentúa con la tradición coral. En todas las familias alguien canta en un coro. Tenemos un buen sistema de escuelas musicales, un buen sistema de educación desde primaria. Todas las ciudades y pueblos tiene una escuela de música y el Estado las fomenta. Cuestan pero no mucho. Existe un proceso de selección muy radical, no se acepta a cualquiera en esas escuelas, hay una criba desde el principio. De ahí viene el éxito.

-¿La tradición coral es luterana?

-En Letonia el 30 por ciento es católico, el 30 luterano y el resto ortodoxo. Creo que más que tradición religiosa cuenta la necesidad de identidad del pueblo letón. Nos unimos para ser una sola voz. Puros letones somos 1,2 millones. Y en el conjunto de habitantes casi dos millones.

-¿Su carrera?

-Empecé muy deprisa. Tras acabar los estudios en Riga gané un concurso internacional en Viena y me ofrecieron trabajo como solista primero en Frankfurt y después en Basilea y Viena. Así varios años. Los primeros 15 años como bajo y ahora bajo-barítono desde que dejé de fumar. Bueno, es broma. En los últimos años canto más Wagner y Strauss. Todo el ciclo del "Anillo", con el papel principal de Wotan. He cantado 92 roles a lo largo de mi carrera; hice, por ejemplo, 16 producciones de "El Holandés errante", lo interpreté más de cien veces. El "Anillo" lo acabo de cantar en Tokio. En los últimos tres años canté seis veces en Tokio. Y también tres producciones en Barcelona y dos en Madrid. En Bilbao haré "El Holandés" número 17, quizá haga otro antes. Tengo dos proyectos en Viena, en la Ópera. En EE UU hice Yago. Haré dos producciones en la Ópera de París, una con Kaufmann en "Lohengrin".

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