Un Quijote onírico, un punto oscuro y, por primera vez, para leerse en asturiano. La labor gráfica para dar vida y movimiento a la primera edición de la obra magna de Miguel de Cervantes traducida a la llingua asturiana ha salido del trazo experto de Juan Hernaz (Gijón, 1975), diseñador gráfico e ilustrador profesional que, desde ayer, expone este trabajo en el Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón.

Hernaz muestra así, coincidiendo con la celebración del Día del Libro, una serie mayor compuesta por diez ilustraciones de gran formato, que en el libro "L'inxeniosu fidalgu Don Quixote de La Mancha", editado por Editorial Laria, ilustran las dos portadas de la primera y segunda parte del libro y ponen imagen a los dos tomos de que se compone el trabajo. Se trata de trabajos a color, que mezclan la técnica tradicional con las técnicas digitales, con elementos que se añaden a posteriori partiendo, eso sí, de bocetos a grafito que también se exponen en el Antiguo Instituto. En ellas se retrata a Maritornes, Dulcinea, las Plañideras, el Campo de Agramante o la Purga de Tarfe, amén de sendos retratos de Don Quijote y Sancho enriquecidos con numerosas alusiones metafóricas.

A ellas se suman varias ilustraciones de la llamada serie menor, que, como explica el artista, aluden a pasajes en concreto como las bodas de Camacho el Rico, el cautivo o la cabeza parlante en la casa de los Duques. Ilustraciones todas ellas en blanco y negro, de menor formato, que van insertas en el continuo del texto y que ilustran "cada uno de los seis ejes importantes en la obra: el juego metafórico, el juego simbólico, el juego en sí mismo, la recreación, la capacidad de evocar y el movimiento", enumera el artista.

Lo fundamental de la exposición, no obstante, no reside tanto en la exposición del resultado, de las ilustraciones finalizadas, como en el proceso que cada una esconde. "Cuando me planteé hacer la exposición quise mostrar el proceso, cómo se desarrolla la creación de las imágenes. Lo que me interesaba sobre todo era explicar el razonamiento conceptual que hay detrás de cada imagen, la labor de investigación, el proceso previo, y por otra parte el proceso técnico, cómo están construidas y por qué", indica Hernaz, quien señala que el trabajo va "más allá de ilustrar un texto".

Por eso, en la exposición cada una de las imágenes se acompaña de un panel explicativo, para "invitar al espectador a hacerse preguntas", acerca, por ejemplo, de una Dulcinea que él llama "Dulce Enea" en alusiones homéricas, representada con trazas míticas y con un ramillete de trigo en la mano por la parte castellana que le toca. Todo un ejercicio de ver y de pensar. Y para rematar, para leer en asturiano.