Buscó una corbata roja y gualda para recibir el más alto galardón de las letras en castellano. Pero el escritor mexicano Fernando del Paso, que ayer recogió de manos de Felipe VI el premio "Cervantes", no habló de España. Habló, y muy duramente, de su país, México, al que convirtió en verdadero protagonista de la ceremonia celebrada en la Universidad de Alcalá de Henares, localidad de nacimiento del autor del Quijote. Del Paso hizo una intervención sumamente crítica con la situación en su país, al que ve próximo a un "estado totalitario".

"Las cosas no han cambiado en México sino para empeorar, continúan los atracos, las extorsiones, los secuestros, las desapariciones, los feminicidios, la discriminación, la impunidad y el cinismo", señaló el sexto autor mexicano que recibe el "Cervantes" en un acto presidido por los Reyes y al que asistían, entre otros, el presidente en funciones Mariano Rajoy y el líder socialista Pedro Sánchez, muy fríos y distantes. Del Paso está en silla de ruedas y con su corbata rojigualda quería transmitir el mensaje de que lleva a España "en el pecho muy cerca del corazón". Al parecer no le fue fácil encontrar una corbata con estos colores. Paradójicamente, sólo la encontró en Estados Unidos.

Un mal principio

En su discurso confesó que "criticar a mi país en un país extranjero me da vergüenza". Pero, a renglón seguido, añadió: "Pues bien, me trago esa vergüenza. No denunciarlo, eso sí que me daría aún más vergüenza". Pronto subrayó que quería aprovechar "este foro internacional para denunciar a los cuatro vientos la aprobación en el Estado de México de la bautizada como Ley Anteco, una ley opresora que habilita a la policía a apresar e incluso a disparar en manifestaciones y reuniones públicas a quienes atenten, según su criterio, contra la seguridad, el orden público, la integridad, la vida, los bienes... Esto parecería tan solo el principio de un Estado totalitario que no podemos permitir". También hizo un elogio de la lengua en castellano y recordó que "desde hace 81 años y 22 días", cuando llora, lo hace en castellano, pero también ríe habla y escribe en castellano.

El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Iñigo Méndez de Vigo, abrió la ceremonia destacando que Del Paso reconoce la literatura como "la forma más alta de expresión", "una recreación de la vida, la libertad y la esperanza". El ministro destacó la preocupación del premiado con el "Cervantes" por el destino de la humanidad, como demuestra en su libro "Palinuro de México" en el que "sintetiza su compromiso con los desheredados de la tierra" al afirmar: "Los verdaderos agitadores son la miseria, la ignorancia y el hambre".

El Rey Felipe VI cerró la ceremonia y en su discurso aseguró que la riqueza del español se debe a su capacidad de "continua transformación" y a su "mestizaje permanente en el que cada país del mundo en que se habla es un afluente que rejuvenece y ensancha a cada tramo su inmenso caudal".

En la ceremonia, que coincide con la celebración este año del 400.º aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes, el Rey agradeció a Del Paso "todo lo que su obra nos aporta, nos deleita e interroga", así como "su testimonio de amor a una lengua y a una tradición literaria que hoy honramos".

Tras el discurso con el que Felipe VI clausuró el acto, el Rey, junto a la Reina Letizia, acompañó al autor galardonado y a su esposa, Socorro Gordillo, hasta el patio del edificio histórico de la Universidad de Alcalá para hacerse una "foto de familia", en la que también posaron el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy; el ministro de Cultura en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes.

A la Reina le gustó

Y el premiado, ya más distendido, pero "muy cansado", "honrado y halagado" y en compañía de su esposa charló con los periodistas para decir que tenía que hacer un discurso "duro" porque "era necesario". "Tengo esperanza pero las esperanzas se van gastando", subrayó el autor de "Noticias del Imperio".

La Reina Letizia, que iba vestida con un traje azul oscuro, charló de forma muy amigable con el premiado y su esposa, al tiempo que cogió en brazos a la bisnieta del galardonado con el "Cervantes". "La Reina me ha dicho que le había gustado mucho mi discurso, por su emotividad y sentido del humor", concluyó Del Paso.