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Un camino entre pucheros

Pasión por los fogones en Villaviciosa

Maite Llosa está al frente de la casa de comidas La Reguerina, en Bárzana, donde priman el pescado y el marisco locales y los productos de su huerta

Maite Llosa Lozano, en un banco del exterior de su casa de comidas, que asoma a la carretera, en Bárzana (Villaviciosa). A. PAREDES

Villaviciosa es un concejo inabarcable. Por más veces que se visita y que se recorre de uno a otro lado, nunca se conoce del todo. Tierra de buena faba y buena sidra, entre otros productos asturianos, cuenta con numerosos rincones por los que perderse disfrutando del paisaje y de quien lo habita; es un auténtico lujo. Eso sin olvidar sus monumentos prerrománicos y románicos; sus playas, algunas con huellas de dinosaurios, y sus verdes valles. Por supuesto que en este recordatorio de lo que se puede disfrutar en este concejo, también están esos los lugares donde la buena comida y el trato cercano invitan a regresar. Tal es el caso del protagonista de hoy, la casa de comidas La Reguerina, cuya fachada amarilla y alegre se asoma a la carretera en la localidad de Bárzana, muy cerca de la desviación que conduce a San Salvador de Priesca.

Muchos años de vida y de historia hay entre sus paredes, momentos queridos por sus dueños y también por la gente del pueblo a la que tanto recuerdan en varias fotos históricas que cuelgan de sus paredes. Maite Llosa Lozano es quien regenta este local desde hace doce años, donde tanto aprendió de cocina y de tradición gracias a su abuela y a su madre. "Mi abuela Consuelo tenía un bar tienda muy conocido. Allí hasta se representaban obras de teatro y se hacían proyecciones de películas. Fue mi madre, María Teresa Lozano, una gran guisandera, quien empezó con la restauración. Ella fue una innovadora en su tiempo, allá por los 90 puso de moda las navajas guisadas", recuerda Maite, una mujer que siente auténtica pasión por lo que hace, cocinar, trabajo que realiza con amor y con humor.

Ella, que es una fiel defensora de los productos de su tierra y, sobremanera, de su concejo, los cocina y los sirve en una buena y sabia mezcla de respeto a la tradición y, al tiempo, toque personal e innovador. Como ella, que además de buena cocinera también es nutricionista, explica: "Todo elaborado con un punto de equilibrio para que además de un plato rico se logre también una alimentación sana".

Tiene un menú semanal con un primero, un segundo y postre a diez euros, mientras que en fin de semana se va a la carta. Entre algunas de sus elaboraciones más demandadas están las patatas con pulpo; almejas con arroz bomba, las navajas guisadas, calamares fritos de potera y todo tipo de pescados a la espalda y al horno. Ahí está por ejemplo su merluza del pinchu a la espalda con productos de la huerta. También tienen fama sus platos donde el protagonismo se lo lleva la carne de caza. En su carta figuran también, y entre otros platos, el pulpo de pedreru al ajillo o a la gallega, mariscos del Cantábrico, cabritu o jabalí guisado con patatines, cachopo clásico, carrillera ibérica al vino con salteado de setas y, por encargo, prepara fabes con productos del mar como pixín, langostinos, almejas y bogavante. En cuanto a postres, citar su tarta de requesón y frutos rojos, el arroz con leche y la compota de manzana.

Dada la capacidad del local, para unas 35 personas entre las mesas en la zona del bar y las de su pequeño comedor, en fin de semana se hace necesario llamar y reservar en el 985996050. Tiene una terracina muy chula junto al local. Cierra los martes por descanso.

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