Fue a partir del siglo III cuando aparecieron los términos específicamente cristianos de "diaconissa" o "diácona", según el documento 'El Diaconado: Evolución y perspectivas', elaborado por la Comisión Teológica Internacional, organismo que ayuda a la Santa Sede a examinar cuestiones doctrinales.

La "Lumen Gentium" detalla que "es oficio propio del diácono, según le fuere asignado por la autoridad competente, administrar solemnemente el bautismo, reservar y distribuir la Eucaristía, asistir al matrimonio y bendecirlo en nombre de la Iglesia, llevar el viático a los moribundos, leer la Sagrada Escritura a los fieles, instruir y exhortar al pueblo, presidir el culto y oración de los fieles, administrar los sacramentales, presidir el rito de los funerales y sepultura".

José Antonio Montoto, párroco de Santo Tomás de Cantorberi, en Avilés, subraya sobre el anuncio de Bergoglio que "se trata de crear una comisión que estudie la posibilidad de que las mujeres accedan al sacramento diaconal". Como indica, las conferencias episcopales de Alemania y de Canadá se han pronunciado en diversas ocasiones pidiendo un debate. Montoto explica que "el diácono está relacionado con el servicio, es una figura que hace visible a Jesucristo siervo y trabaja para que todos los cristianos descubran esa dimensión de servicio. El primer diácono es Jesús como es asimismo el primer sacerdote y el primer obispo".

El párroco de Santo Tomás de Cantorberi añade que puede verse a un diácono en funciones coyunturales o con una dimensión permanente. "En el segundo caso puede presidir las exequias o celebrar bodas". Aún así siempre tendrá una limitación: no puede confesar y por lo tanto perdonar los pecados, no puede consagrar ni dar la unción a los enfermos.

Javier Suárez, párroco de San Juan el Real, en Oviedo, insistió por su parte en el nivel actual de la cuestión: constituir una comisión que estudie la creación de diaconisas. "Se discute en el ámbito teológico si las hubo en los orígenes del cristianismo. Los Papas han dicho en diversas ocasiones que las mujeres no pueden ser sacerdotes. Si se acepta a las diaconisas depende de cómo se considere entonces a ese diaconado porque podría ser una puerta al sacerdocio femenino".