La Compañía Nacional de Teatro Clásico y Kamikaze Producciones presenta hoy a las 20,30 horas en el Centro Niemeyer el "Hamlet" de Shakespeare, al frente de cuyo reparto cual figura el actor Israel Elejalde.
-¿Cómo es la versión de Miguel del Arco que llega a Avilés?
-Todas las versiones de "Hamlet" son diferentes; hay tantos Hamlet como actores ya que cada director tiene una visión porque al tratarse de una obra muy larga se tiene que acotar el tiempo de representación y elegir una parte u otra. La novedad de ésta radica en que no sabes si lo que ocurre es un sueño de Hamlet o fruto de su imaginación. Jugamos con un mundo onírico.
-¿Es una obra oscura?
-Totalmente, ya que está centrada en el dolor profundo de un personaje como consecuencia de la muerte de su progenitor y la boda de su madre. Hamlet tiene un sentimiento de orfandad.
-¿Presenta alusiones veladas de la vida de Shakespeare?
-Supongo que sí; en Shakespeare siempre hay elementos que tienen que ver con su vida.
-A Shakespeare le gusta jugar con la apariencia y la realidad. ¿"Hamlet recoge esta dualidad?
-Sí; de hecho, el personaje principal es un enamorado del teatro que usa la ficción para desenmascarar la realidad.
-¿El teatro de Shakespeare nació para ser visto más que leído?
-Todo el teatro se escribe para ser representado. También se puede leer, pero te obliga a crear tu puesta en escena.
-¿Tanto Shakespeare como "Hamlet" son atemporales?
-Un autor clásico lo es en tanto y cuanto apela a los individuos de su época. La obra de Shakespeare podría escribirse ahora, por eso sigue interesando.
-¿El teatro clásico supone un esfuerzo extra para un actor?
-Te obliga a un tipo de trabajo diferente al del teatro contemporáneo. Requiere aptitudes físicas, y una atención en la palabra diferente. Los sentimientos que se mueven son muy poderosos. Es muy exigente con el actor. Te pone al límite para servir al público y que te entienda a pesar de que no hables como en la actualidad. El espectador disfruta de observar seres diferentes. Por eso se sigue demandando a los clásicos.
-¿Ser actor de teatro es una profesión de riesgo?
-El arte se mueve dentro de la incertidumbre y el riesgo; te la juegas.
-¿También en el cine y la televisión?
-Son trabajos diferentes que se basan en las mismas reglas. En cada uno se requiere una concentración distinta que implica mucho riesgo y un conocimiento técnico muy elevado.
-¿Cambia uno mismo de tanto tanto meterse en la piel de otras personas ?
-El trabajo del actor hace reflexionar sobre cómo y quién eres. Hay que apartar lo de uno para que aparezca el personaje. Es un trabajo de investigación sobre uno mismo. En ocasiones te hace cambiar, tener un conocimiento de ti mismo diferente. Estás todo el rato analizándote.
