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Un camino entre pucheros

Alma de chigre en Perlora

Oreja y manos de cerdo son dos de las especialidades de Casa Sandalio, un bar carreñense que hace historia a base de buena cocina y trato familiar

Inés Fernández González posa en la zona del chigre de Casa Sandalio, con algunos de sus clientes habituales al fondo. ANA PAZ PAREDES

En Asturias, y para suerte de quienes disfrutan de lo sencillo y bien hecho, hay algunos lugares con alma, espíritu y ese "algo" que nos invita a quedarnos y a disfrutar de lo que se nos ofrece de una forma tal sutil que ni nos damos cuenta. Si bien es cierto que hay muchos sitios donde comer bien, no todos tienen la capacidad de "enganchar" a través de una cercanía sincera que termina convirtiendo algunos bares en una segunda casa.

Eso sucede con uno de los locales más entrañables de Perlora, en Carreño, el bar Casa Sandalio, un clásico que bien puede representar el espíritu de lo que entendemos por un chigre asturiano de toda la vida. "Mis suegros, Sandalio e Inés, compraron esta casa y abrieron el bar. Al principio sólo tenían las tres mesas de la zona del chigre, pero con el paso de los años tuvimos que ir ampliando al ritmo que la clientela aumentaba. En marzo hicimos treinta años", recuerda Fermín Alonso Losa, quien lleva el comedor y la barra, mientras que su mujer, Inés Fernández González, es la artífice, ante los fogones, de varios platos que le han dado fama y que concitan allí cada día a sus más fieles seguidores.

Inés Fernández es, como su marido, una mujer querida por quienes acuden con asiduidad a su local. Su timidez ante la cámaras nada tiene que ver con la realidad de su trato con la clientela, donde su simpatía aún suma más puntos a su experiencia en elaborar platos tradicionales asturianos. En cuanto al local, su marido lo define con claridad: "Es un bar de tapas donde mantenemos la tradición culinaria de mis suegros. No estamos hablando de un gran restaurante, sino de un barín de toda la vida donde ofrecemos lo mejor que sabemos hacer y donde el auténtico protagonista es el tapeo", señala.

Muy cercano al mar, y teniendo como quien dice a mano los productos que de ella se obtienen, decidieron hace años especializarse en otro tipo de platos que, aun sin faltar los primeros, pusieran en el mapa de la querencia gastronómica a Casa Sandalio. Así, una de sus especialidades son las manos de cerdo y la oreja, que tienen mucho éxito.

De lunes a viernes ofrecen un menú a 9 euros donde, además de una sopa, se puede elegir entre dos primeros y dos segundos. En fin de semana y festivos hay que escoger entre el tapeo de su carta, que se ofrece en raciones abundantes. En ella algunas de las elaboraciones más solicitadas son, junto con las anteriormente citadas, pulpo, lacón, calamares, chipirones, unas estupendas croquetas caseras, el plato de la abuela con patatas fritas, huevos y chorizo, callos caseros, ensaladas (normal y mixta), cebollas rellenas, tacos de bacalao, unos buenos bocartes, chorizo criollo, longaniza de Avilés, codillo o una tabla de embutidos. En postres destacan la tarta de queso y la de dos chocolates, además de su estupendo arroz con leche o el flan de café.

Tiene un comedor, además de la pequeña zona del chigre y también una terraza cubierta donde es una gozada comer con buen tiempo. Cuenta con aparcamiento. Eso sí, no dan cenas, sólo abren para las comidas. El ambiente, sin más, es único, posiblemente es alma de chigre en estado puro. Más información en el 985871181.

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