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Los primeros blancos del Palacio de Nevares se embotellarán en 2018

El château de Parres cosechará 4,5 hectáreas plantadas hace un mes

Pepe Hidalgo y Antón Puente, ayer, frente a uno de los viñedos. P. M.

El Palacio de Nevares (Parres) se ha convertido en zona vitivinícola por obra y gracia del cambio climático y en ella ya se cultivan las variedades de blanco albarín y gewürztraminer. La primera es autóctona y dará un "carácter local, asturiano" a la producción. La segunda, propia de Alsacia y el valle del Rhin (Alemania), aportará "mayor complejidad, aromas y longevidad", según explica el enólogo riojano Pepe Hidalgo, elegido para lo que el empresario amievense Antón Puente, propietario del palacio y de la cadena hotelera Grupo Nature, concibe como "investigación y desarrollo".

Como buenos científicos del vino y conocedores de que en Asturias no hay viñas, el equipo de Hidalgo pidió a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) los datos registrados por varias estaciones en los últimos veinte años. Temperatura, humedad y horas de sol fueron algunos de los factores estudiados para obtener los "índices climáticos" que se usan en viticultura y, en especial, para obtener la "integral térmica, la suma de los grados diarios desde que brota la planta", explica el especialista. Este valor determina "la variedad que puedes poner" y las condiciones de Nevares apuntaron a las blancas, de "ciclos cortos" y con necesidad de pocos grados de temperatura.

El albarín, "que no albariño, que mucha gente lo confunde", aclara el enólogo, ocupa 2,5 de las 4,5 hectáreas y es el que se cultiva en Cangas de Narcea y también en el norte de León. Se diferencia del blanco gallego "en la hoja, los racimos, los aromas, no tiene nada que ver", explica Hidalgo.

En las otras dos hectáreas crecerá la variedad gewürztraminer y en Nevares esperan embotellar ambos caldos para 2018. "Ahora estaremos dos años cultivando sin recoger y para entonces esperamos tener la primera cosecha", anuncian empresario y enólogo. Su idea es producir entre 30.000 y 40.000 botellas de vino, que se sumarán a las 50.000 o 60.000 que producirán de una sidra elaborada con catorce variedades de manzana autóctona. Para elaborar unos y otras van a empezar con la rehabilitación de las dos naves ganaderas que hay junto al palacio de Nevares, donde se instalarán ambas bodegas.

En el sótano del edificio del siglo XVI se habilitará la bodega de crianza y en las instancias superiores habrá un salón para catas y otros eventos, además de tienda y cuatro o cinco habitaciones."La mayor parte de las producciones serán para autoconsumo del grupo y también habrá venta directa", expone Hidalgo, quien no obvia el "componente turístico" que tendrán estos viñedos y pomares. Tanto es así que la intención de los empresarios hoteleros es llevar a los huéspedes del resto de alojamientos "para que lo vean, paseen por aquí y lo conozcan", añade Antón Puente antes de calcular que el viñedo supondrá el empleo de dos o tres personas al año, a lo que hay que sumar las que intervendrán en la rehabilitación del palacio.

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