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El Principado plantea proponer los Picos como Patrimonio Mundial de la Unesco

El asesor del organismo internacional considera que la montaña oriental es un paisaje cultural de valores excepcionales

Fernández Salinas, a la izquierda, durante su conferencia de ayer. PEDRO H.

El Gobierno regional valorará la posibilidad de presentar una candidatura de los Picos de Europa para figurar como paisaje cultural en la lista del Patrimonio Mundial reconocido por la Unesco. Así lo indicó ayer el viceconsejero de Cultura, Vicente Domínguez, al término de la conferencia que ofreció en Oviedo Víctor Fernández Salinas, secretario general del comité español de Icomos, el organismo que asesora a la Unesco a la hora de incluir determinado patrimonio en la lista de lugares a preservar por sus valores universales excepcionales.

Con este anuncio, el Viceconsejero no hacía más que hacer caso a la recomendación que hizo al final de su intervención Fernández Salinas, que además de su cargo en Icomos es profesor de Geografía en la Universidad de Sevilla. Fernández Salinas, muy vinculado con Asturias, habló ayer en el Museo Arqueológico de los paisajes culturales. Fue dentro del ciclo de conferencias organizado por la Consejería de Cultura para celebrar el Día Internacional de los Museos.

Fernández Salinas partió de una definición del patrimonio paisajístico como reflejo de una sociedad, como espejo en el que se miran sus habitantes. En este sentido, citó como una de las reflexiones más certeras sobre esa dimensión que tiene el paisaje la que hizo el periodista y escritor asturiano Juan Antonio Cabezas en su libro "Biografía de Asturias", un autor sobre el que se preguntó por qué no tenía aún una calle en Oviedo en su memoria. La definición de paisaje según Cabezas es: "El hombre, por más que se mueva por el mundo, pertenece atado a su primer paisaje". Para redondear el acercamiento al concepto, Fernández Salinas citó también una frase que incluye Antonio Pérez Pimentel en su descripción del mirador del Fito: "El paisaje es un estado del alma".

A partir de esa concepción del paisaje como patrimonio colectivo y personal y, por tanto, como construcción cultural y reflejo identitario, pasó a identificar los peligros que se ciernen sobre el paisaje asturiano. "En primer lugar, el despoblamiento", subrayó Fernández Salinas. "Si el paisaje es percepción, ¿cómo va a haber paisaje si no hay quién lo perciba?", añadió. Esa percepción del paisaje, subrayó, tiene que ser la de sus vecinos, la de quienes saben cómo se llaman los lugares de ese paisaje, la de quienes dan valor a los bienes patrimoniales que allí se encuentran. No se sustenta en la valoración que hagan los visitantes.

Como segundo peligro para la conservación de los paisajes citó el desarrollo de la construcción y subrayó que, pese al parón actual, "siempre hay alcaldes y concejales esperanzados" con que vuelva el furor del ladrillo. Sobre una foto de Luanco con la urbanización de Peroño al fondo, indicó que de nada sirve proteger el casco urbano si se destroza el entorno.

Otro de los peligros que destacó es "disfrazar el paisaje para la satisfacción turística". El resultado final de este disfraz es que el valor que tiene el paisaje rural es el que le da el turismo rural. El secretario general de Icomos en España también desgranó otras amenazas para el paisaje asturiano, como son las actividades de minería (citó Tormaleo, la sierra de Begega o el proyecto de mina en Tapia), la instalación de parques eólicos -especialmente por las infraestructuras necesarias de acceso a las torres-, o la escasa atención que está recibiendo el "ingente" patrimonio industrial. En este sentido, reclamó la elaboración de un "documento potente" que ofrezca una solución para todos estos restos de una actividad ya en desuso.

Fernández Salinas también subrayó el "escaso aprecio" que hay hacia la conservación de los paisajes del siglo XX y, en ese caso, apuntó a la situación de franco deterioro de la Ciudad de Vacaciones de Perlora. También alertó de la necesidad de preservar el "espíritu" de los lugares y, en este apartado, se congratuló de que no se hiciera realidad el proyecto del funicular al Monsacro, que hubiera destrozado el "espíritu" del mayáu de Les Capilles, lugar estrechamente ligado a la Asturias medieval.

Toda la conferencia fue desembocando en la necesidad, a juicio de Fernández Salinas, de que Asturias se coloque "a la vanguardia" de la protección de los paisajes culturales, poniendo en marcha modelos de gestión adecuados que involucren "a las personas que viven en estos territorios". Porque, a la postre, "cuando desde fuera se habla de Asturias, lo primero que se menciona es el paisaje".

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