Gijón es parada obligada en todas las giras de Quique González (Madrid, 1973) que el próximo sábado actuará en el teatro de La Laboral, a las 21 horas, junto a su banda "Los Detectives" para presentar su disco "Me mata si me necesitas".
-¿Ya ha celebrado la Champions del Real Madrid?
-Es la que menos he celebrado de todas las que he vivido. Cada vez me entristece menos cuando pierde y lo celebro menos cuando gana. Tengo muchos amigos del Atleti que me apetecía que se llevaran una alegría también.
-Llega a Gijón con su banda "Los Detectives", ¿dirige igual de bien que Zidane?
-Mi misión es formar parte de un colectivo, no dirigir. Es acompañar y tratar que la gente esté a gusto, que saque todo su talento. Me siento parte de esa banda y no el entrenador del equipo. Tocamos juntos desde que empezamos la gira de "Delantera mítica", hace tres años, y tenemos muy buena química dentro y fuera del escenario. Hay mucha camaradería viajando y conviviendo. Las dos incorporaciones, David Chuches, piano y Hammond, y Nina, cantando, nos han hecho subir un poquito y disfrutar más todavía. Estar en una banda es compartir y pasarlo bien. Ésa tiene que ser nuestra premisa.
-Gijón es una ciudad fija en sus giras. ¿Se lo pasa bien?
-Nos gusta tocar en el norte, en Asturias en particular. En Gijón hemos tenido noches bonitas y nos sentimos muy queridos. Se establece una conexión buena con el público. Marcamos la fecha en rojo en el calendario.
-Tocará en el teatro de La Laboral. ¿Se ha perdido la cultura de los pub?
-Cada vez les ponen las cosas más difíciles a los propietarios de los bares con música en directo y es ahí donde han salido la mayoría de los grupos y artistas que nos gustan. Sin una cultura de música en los bares yo hubiera tenido mucho más difícil avanzar y mostrar mis canciones. Se debería fomentar y dar ayudas para hacer música en sus locales, sin molestar a los demás, pero es cultura de la calle y hay mucha gente que hace cosas interesantes a los que se lo tendrían que poner un poco más fácil.
-En su último concierto en Gijón compartió escenario con el grupo gijonés Destino 48. ¿Hay buena cantera musical?
-Hay gente joven como "Destino 48" que lo hacen súper bien, son majos y, pese a ser tan jóvenes, tienen una cultura musical importante porque la han buscado, no porque se la hayan encontrado en la tele. Cada vez hay más grupos con propuestas interesantes pero hace falta mayor apoyo y distintos canales porque están muy polarizados, o todo indie o todo comercial. En la zona media tendrían que existir nuevos canales para que los nuevos grupos muestren sus proyectos.
-Hablemos de las canciones. ¿Con qué se le estrecha el corazón?
-Con los amigos cercanos, la gente que quieres, con las pérdidas y alegrías que te da la vida inesperadamente. Con las emociones y sentimientos, sobretodo.
-"La casa de mis padres", ¿es un lugar al que uno siempre quiere volver?
-Siempre está en la cabeza. Si la casa ha estado deshabitada, por un lado, se mezclan los recuerdos bonitos de la convivencia feliz, de sentir la protección familiar y por otro el polvo de las fotos, el desgaste de los años, los desconchones y las goteras. Es una imagen bastante potente del paso del tiempo.
-En la canción "Charo" habla de esta región. Habla de Asturiana de Zinc. ¿Así huele Asturias?
-Es un verso que me lo encontré en la carretera y me vino como caída de cielo. Era una señal que marcaba la fábrica Asturiana de Zinc entre Suances y Torrelavega. Me gusta que tenga más interpretaciones a parte de esa, me gusta que se vea como una mujer poderosa, una asturiana poderosa.
-En esta gira el escenario cuenta con más atrezzo que nunca. ¿La música ya no sólo entra por los oídos?
-Ayuda a sumar. Es un gesto de que te importa esto, de dar algo más que una sucesión de canciones. Igual que lo que llevas puesto, acompaña a las canciones aunque no sea lo más importante. Si puedes hacerlo más bonito y darle algo más a la gente, mejor.
-¿Algún día echará a andar por la "Autopista" con Leiva?
-Ese proyecto de amigos se quedó en aquel fin de semana. Las obligaciones y los proyectos de cada uno que se van abriendo se hace cada vez más difícil que nos juntemos para algo así pero tocar con amigos es lo más bonito de todo esto.
