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Los Juegos de Río no peligran por el zika, asegura la doctora Menéndez Santos

Consultora de la OMS, denuncia la baja reducción de la mortalidad maternal

Clara Menéndez Santos, ayer, en Oviedo. LUISMA MURIAS

"El zika, como el ébola, tiene brotes epidémicos con una alta repercusión en salud pública y que se convierten en emergencia, pero los Juegos Olímpicos no peligran por eso", indicó ayer Clara Menéndez Santos, miembro del jurado del premio "Princesa de Asturias" de Investigación Científica y Técnica, que hoy dará a conocer su fallo.

Nació en Madrid en 1959. Hija de padre asturiano y madre madrileña, vivió en Gijón desde los 8 hasta los 14 años. Es profesora de Investigación. Coordina el programa de salud materna y reproductiva en el Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona (Cresib) y trabaja en el Centro de Investigação em Saude de Manhiça (CISM), Mozambique. Formaba parte del equipo que recibió el premio "Príncipe de Asturias" de Cooperación Internacional 2008 por sus investigaciones sobre la malaria.

"La malaria también tiene epidemias", explica la doctora Menéndez Santos, que añade que "ahora hay una en Angola, pero es más endémica. Por eso no hay sensación de emergencia. Y contra el zika y el ébola no hay cura. El eco mediático y social es muy importante. Lo hay fuerte ahora sobre el zika, pero puede durar dos telediarios".

Sobre los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro añade que se enteró "hace dos días, estando en Ginebra como consultora en la OMS, de la carta de unas cien personas, no todos científicos ni de renombre, a favor de suspender los Juegos. Gasols se sumó después. Basándose en la evidencia y en la evaluación de los riesgos, la verdad es que se trata de una enfermedad de la que te puedes proteger con mucha más facilidad que del ébola. Si estuviese embarazada o pensase estarlo en un mes no iría. Pero no es el caso de la mayoría de los deportistas. Y la OMS no ha recomendado suspenderlos. Se basa en evidencias científicas".

En relación a la gripe A, sin embargo, los pronósticos no fueron muy acertados. La investigadora comenta que "no es fácil acertar en la predicción de epidemias. Se trabajó con modelos matemáticos que preveían una situación muy distinta de la que se produjo. Con el ébola se hicieron mejores predicciones. Y se reaccionó. No tanto en las organizaciones en África; hay que reforzarlas. Y con el zika se reaccionó muy rápido. Me fiaría de la OMS. Y espero no estar sesgada por tener allí un pie".

Sobre la malaria, enfermedad en la que es experta, comenta que "la vacuna ya existe desde el mes de octubre. La aprobó la OMS con limitaciones lógicas. No es perfecta. Las limitaciones son las que se están evaluando. El precio final depende de las discusiones con instituciones y con laboratorios que son fundamentales".

La ciencia mejora. "Asia era un continente en desarrollo en su mayor parte y ya no es así. China nos va a pasar, y quizá la India. Desarrollan sus propios recursos. De receptores de donaciones para investigación pasan a ser donantes", afirma Clara Menéndez. "Las farmacéuticas son privadas, son empresas e invierten mucho dinero en sus productos y lo quieren recuperar, si no se hundirían. La mayor parte de sus clientes están en el mundo desarrollado. Si se cambia esa dirección, como hace la alianza global para las vacunas, los ciudadanos de los países menos desarrollados se vuelven también clientes, pero no porque lo paguen ellos, sino esa plataforma global", asegura.

La doctora Menéndez desarrolla sus actividades entre Ginebra, donde es consultora de la OMS, Barcelona y Mozambique, "donde estoy una vez cada dos meses un par de semanas, y con conferencias vía skype a diario, aunque estén perdidos en un pueblecito. En Barcelona, en el Instituto de Salud Global, dirijo la iniciativa de salud maternal, infantil y reproductiva. Las tres ramas. No hacemos sólo investigación, la trasladamos a la práctica. La investigación es el corazón porque permite generar el conocimiento. Hacemos formación también. Y consultoría. Trasladamos los conocimientos. De los objetivos del milenio, ahora denominados de desarrollo sostenido", añade, "la mortalidad maternal es de lo que menos se cumplió. Hay una mortalidad maternal de 300.000 mujeres al año. No son el medio millón, pero debería ser cero. El objetivo es 70 para 2030. Debería tender a cero".

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