¿El resultado de las próximas elecciones generales podría repercutir de alguna manera en la Fundación Princesa de Asturias (FPA)? Su directora, Teresa Sanjurjo, evitó hacer de futuróloga y se escudó en la diplomacia: "Ocurra lo que ocurra estamos muy agradecidos a las administraciones públicas por las subvenciones y el apoyo económico e institucional que ofrecen a la Fundación". Eso sí, insinuó una fórmula de futuro para el diálogo con todas las administraciones: trabajar en un "clima de entendimiento".

Sanjurjo presentó ayer en Oviedo la memoria anual de la institución con evidente satisfacción por unos resultados que, lejos de invocar la autocomplacencia, invitan a no "acomodarse" y plantearse nuevos retos.

Un inconformismo que llevó a la práctica incluso en la presentación de los datos, dispuesta a que no fuera "aburridísima" como suelen ser este tipo de actos y haciendo un alarde de síntesis para destacar lo más relevante del año pasado, no sin antes confesar que la puesta de largo de la memoria es para ella un momento "apasionante y extremadamente importante". ¿Por qué? "Porque es el momento de rendir cuentas. Está en la naturaleza misma de la Fundación ser clara y accesible".

Cuentas al aire, pues, con un documento que va acompañado de un estudio realizado por la consultora Deloitte sobre el impacto económico que generan las actividades desarrolladas por la institución, y que se presentará mañana ante los Reyes de España y los miembros de los patronatos de la Fundación en el Palacio Real de El Pardo.

Ojo al dato: de los 5,26 millones de euros de gasto que tuvo la FPA, el 68 por ciento se lo llevaron los Premios, un 19 por ciento correspondió al apartado musical, un 3 por ciento al galardón del Pueblo Ejemplar y el 10 por ciento restante a otras actividades. Los trabajos desarrollados por la Fundación generaron 6,4 millones de euros de producto interior bruto (PIB) y supusieron la conservación de 132 puestos de trabajo (104 de ellos en el Principado), según el estudio de impacto económico hecho por Deloitte, que subraya el hecho de que el 74 por ciento del gasto se concentre en Asturias.

Una cifra elocuente: la FPA genera 1,42 euros de contribución al PIB regional por cada euro gastado. Y proporciona un retorno fiscal de 0,7 euros por cada euro de subvención pública obtenida en el Principado. Sanjurjo resaltó la "estabilidad económica" de la Fundación, con un patrimonio de 31 millones de euros.

Pero no todo son números. "No hay que confundir valor con precio". Y dentro de ese valor que no se puede adherir a cifras económicas está el impacto social. Y ahí la Fundación saca pecho: los actos programados el año pasado tuvieron la asistencia récord de casi 50.000 personas. Y se contó con la presencia de 50 centros escolares en las actividades de la llamada semana de los premios, con una "labor impresionante de los profesores con sus alumnos", sin olvidar el efecto arrastre de la red de bibliotecas.

A nivel estatal, la cifra de retornos fiscales por la actividad de la Fundación y los agentes relacionados con ella superó los 514.000 euros. En cuando al eco en medios de comunicación, Sanjurjo puso de relieve que la FPA tuvo más de 8.000 apariciones, lo que, en términos económicos, supone un valor superior a los 50 millones de euros.

De las aportaciones que recibe la institución, el 61 por ciento es de carácter privado, el 16 por ciento son públicas y el 23 por ciento se origina en las rentas de patrimonio de la propia FPA, cuya directora puso especial énfasis en el "afán de renovación" de la institución con vistas a amplificar el eco de sus actuaciones, lo que incluye -los tiempos modernos así lo exigen- la exploración de nuevos espacios y formatos: "Uno no puede premiar lo mejor del mundo sin tener todas las antenas alertas para detectar ese talento que va surgiendo". El objetivo está claro: que la Fundación llegue más y mejor a todos los continentes y, de resultas de esa marea alta de conocimiento global, que el número de candidaturas llegadas de todo el planeta crezca en número y diversidad. En ese escenario renovador se hace imprescindible un recambio automático en la composición de los distintos jurados, que, anunció Sanjurjo, comenzará a partir del próximo año.