Los humanos mantenemos una relación bipolar con la vida. Por un lado, nos esforzamos en acabar con ella con guerras, genocidios, contaminación... Por otro, no dejamos de alentarla reproduciéndonos y hasta estamos relativamente obsesionados con conocer su verdadero origen. Tanto que buscamos pistas para desentrañar el misterio hasta fuera de nuestro sistema solar.

La última muestra de nuestro afán por exterminarnos y, de paso, llevarnos por delante el planeta y todo su contenido es lo que le ha pasado a un pequeño roedor australiano que lleva el nombre científico de "Melomys rubicola". Para ser rigurosos habría que decir "llevaba", pues el ratoncillo acaba de extinguirse. Eso sí, ha pasado a la posteridad con el dudoso honor de haberse convertido en el primer mamífero extinguido a consecuencia del cambio climático provocado por la acción humana. Es la primera víctima oficial del Antropoceno.

El "Melomys rubicola" vivía en el cayo Bramble, una diminuta isla que se eleva tres metros sobre el nivel del mar en el estrecho de Torres, entre Australia y Papúa Nueva Guinea. Se registró su existencia por primera vez en 1845. En 1978 sólo había unos cientos de ejemplares y en 2009 lo vieron por última vez. Hace dos años, el estado australiano de Queensland y su universidad realizaron una investigación en busca de ejemplares, sin lograr avistarlos. ¿Por qué desapareció? Según los científicos, por el aumento del nivel de las aguas, que inundaron el cayo y destruyeron su hábitat.

Se nos da muy bien acabar con la vida. Pero no sabemos de dónde vino. Los científicos del Observatorio de Leiden (Holanda) trabajaron en el telescopio situado en el desierto de Atacama (Chile) y, según ha publicado la revista "The Astrophysical Journal", acaban de dar con una pista en esta búsqueda. Han encontrado un compuesto químico clave para que se produzca vida cerca de una joven estrella denominada TW Hydrae. Está a 170 años luz de la Tierra y es muy similar al aspecto que tenía el sistema solar durante su formación, hace más de 4.000 millones de años. Es la primera vez que se detecta el alcohol metílico (metanol) en torno a esta estrella. El metanol "desempeña un papel vital en la creación de la rica química orgánica necesaria para la vida" y es una "pieza fundamental" para formar compuestos como los aminoácidos. El metanol es un compuesto orgánico complejo que se forma en la fase de hielo. A diferencia de otros compuestos presentes en el espacio, que se forman en fase gaseosa o por una combinación de fase gaseosa y fase sólida.

Según explicó uno de los autores del estudio, Ryan A. Loomis, el resultado de la investigación "tiene un impacto en nuestra comprensión sobre cómo se acumula materia orgánica en sistemas planetarios muy jóvenes". Catherine Walsh, otra de las científicas, añadió que el hallazgo permite "por primera vez" mirar "atrás en el tiempo, al origen de la complejidad química en un vivero de planetas alrededor de una estrella similar al Sol joven".