La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

MAYTE UCEDA | Escritora asturiana, publica la novela romántica "Alicia y el teorema de los monos infinitos"

"Empezamos a estar saturados de largas descripciones explícitas de sexo"

"La novela romántica está empezando a relacionarse demasiado con la novela erótica, y no son lo mismo"

Mayte Uceda, en Cudillero.

Oviedo, Tino PERTIERRA

Mayte Uceda nació en el concejo de Siero en 1967. En 2013 debutó y triunfó como novelista en formato e-book con "Los ángeles de la Torre". Con su segunda obra, "Un amor para Rebeca" estuvo más de dos meses entre los diez autores más vendidos de Amazon. Ahora publica con Planeta y en papel "Alicia y el teorema de los monos infinitos". Tras vivir en Madrid por motivos laborales de su marido, volvió a Asturias cuando "la crisis ya estaba haciendo estragos. Fue entonces cuando decidí escribir una novela y probar suerte".

-¿Cuál es la receta de una comedia romántica?

-El amor y el sentido del humor. Tampoco hace falta que el lector se parta de risa mientras lee, es suficiente con que se le escape la risa con frecuencia. Las situaciones embarazosas y los malentendidos ayudan mucho a generar esa atmósfera cómica.

-¿Se considera una hija de la literatura en internet?

-Sí. Cuando terminé mi primera novela ni siquiera me planteé enviarla a las editoriales. Sabía que era muy difícil que me publicaran, así que me lancé a la autopublicación digital. Llevo cuatro años publicando en internet, y no ha sido hasta ahora cuando he dado al salto a la publicación tradicional.

-¿Qué tiene el papel que no tiene el e-book?

-Cuando me gusta un libro quiero tocarlo, sentirlo, olerlo? -ya sé que solo huele a tinta, pero algo tiene de especial-. También me gusta subrayar lo que más me ha gustado, o ponerle etiquetas removibles. El e-book es una forma distinta de leer. Es algo así como comparar una carta con un correo electrónico, escuchar música en tu reproductor de audio o asistir a un concierto. El contenido puede que sea el mismo, pero las sensaciones que transmite no.

-Dígame lo bueno y lo malo de Amazon.

-Lo mejor de Amazon son las facilidades que te ofrece para publicar. No hace falta tener grandes conocimientos de edición o maquetación. Es una plataforma muy intuitiva y en unos minutos podemos ofrecer nuestro trabajo al mundo. Tú tienes el control de todos los factores: precios, ventas, royalties, promociones? Lo malo de Amazon es que el volumen de libros digitales es tan brutal que es muy difícil hacerse visible. Y ahí es donde entra en juego la capacidad del autor a la hora de hacerse ver, bien sea jugando con las portadas, para llamar la atención, o inventando nuevas campañas de promoción.

-¿Cuál fue su camino hasta llegar a ser escritora?

-Lo que más me influyó fue la música, aunque parezca que no tiene nada que ver. Yo componía la letra de las canciones que tocaba con la guitarra, incluso llegué a formar parte de un grupo musical en los noventa. Aprendí a crear historias. También escribí muchos diarios personales, quince años escribiendo casi todos los días resultó ser un gran aprendizaje. Ahora me doy cuenta de que, sin saberlo, estaba aprendiendo a narrar. Cuando me enfrenté por primera vez al reto de escribir una novela, me resultó sencillo, solo tenía que hacer lo que llevaba haciendo tantos años, pero contando algo inventado.

-Más del 40% de las mujeres busca a su media naranja en Internet. ¿Y qué encuentran?

-De todo. Internet ha cambiado la forma de relacionarnos, incluida la forma de ligar o conocer pareja. Es muy cómodo para los tímidos porque no hay un encuentro cara a cara, pero también hay muchos perfiles falsos y se miente mucho. El 40% de las mujeres busca pareja en internet, y el 40% de los hombres en su círculo de amistades. Algo se está haciendo mal, porque parece que hay un gran porcentaje de hombres y mujeres que están predestinados a no encontrarse jamás.

-¿Concibe amor sin humor?

-No concibo la vida sin humor. No hay nada más estimulante y alentador que un hombre que te haga reír, que te saque la sonrisa en los momentos difíciles o que simplemente se tome la vida con alegría. Con la que nos está cayendo, deberíamos reservar unos momentos del día para relajar el cuerpo con unas sonrisas. Es muy sano.

-¿Existe el amor perfecto?

-Si el amor perfecto es aquel con el que nunca discutimos, con el que estamos en absoluta armonía, aquel que jamás nos lleva la contraria o que nunca, por ningún motivo -divino o terrenal-, hace nada que pueda molestarnos? ¡Por Dios, no! ¡Qué aburrido! No creo en el amor perfecto, creo en el amor, a secas, en el choque de trenes, en los polos opuestos que se atraen irremediablemente, en el "Yo te quiero pese a tus defectos y más te vale que tú también me quieras pese a los míos". La vida es imperfecta, y el amor también.

-¿La felicidad es traicionera?

-Es traicionera en la medida en que es imposible ser constantemente feliz. Y si la felicidad te traiciona y te pilla desprevenido, vas a sufrir más. Por eso es bueno desterrar de nuestra mente el pensamiento engañoso de "Eso a mí no me va a pasar". ¡Claro que te puede pasar! Al marido de Alicia (la protagonista de la novela), sin ir más lejos, le dispararon un dardo letal en el culo mientras campaba a sus anchas disfrazado de gorila. ¿Quién iba a pensar que había un humano escondido bajo aquel amasijo de pelo?

-¿Hay algo de Bridget Jones en su novela?

-Bridget Jones es el retrato de una mujer insegura cargada de complejos y obsesionada por encontrar al hombre ideal. El paralelismo radica en que Alicia también trata de encontrar el amor, pero, al contrario que Bridget, es una mujer fuerte, segura de sí misma, con capacidad para tomar decisiones. Por decirlo de alguna forma, podría ser una evolución de Bridget después de ciento cincuenta años, quien, para entonces, ya habría superado su egocentrismo y su adicción al tabaco y a la Bonoloto.

-¿Entiende a los hombres?

-Si los entendiera, me convertiría en un fenómeno a estudiar por la ciencia. Me diseccionarían el cerebro y lo expondrían en una urna de cristal con algún nombre científico escrito en una placa. Si los entendiera, publicaría un libro con "Las 10 claves infalibles para entender a los hombres". Si los entendiera, abriría un consultorio sentimental, o mejor dos: uno para ellas y otro para ellos. A ellas las ayudaría a comprenderlos, y a ellos los ayudaría a comprenderse a sí mismos. Todos saldríamos ganando.

-¿Qué ve desde la ventana cuando escribe?

-Vivo rodeada de árboles, así que veo castaños, robles y, más al fondo, eucaliptos, esos usurpadores... También veo un trocito de mar.

-¿Qué hay suyo en Alicia?

-Mentiría si dijese que nada. En todas mis protagonistas femeninas hay algo de mí. En el caso de Alicia, es su optimismo, su obstinación, el amor a los suyos, lo poco que necesita para ser feliz. No comparto su manía hacia los perros. Para Alicia un perro grande es una alimaña peligrosa, y uno pequeño es un saco de pelo egocéntrico que solo piensa en sus necesidades. A mí me encantan los perros.

-¿Qué le dijeron su marido y su hijo cuando la leyeron?

-A mí marido le gusta todo lo que escribo, aunque también es mi crítico más cruel. La confianza, ya se sabe. Mi hijo tiene catorce años y ha pasado de leer las aventuras de un famoso ratón con nombre de indio, a leer manga y cómics de "The Walking Dead". A veces se detiene detrás de mí cuando estoy escribiendo y lee un poco. Por lo general se ríe bastante.

-¿En una comedia romántica hay que comer perdices?

-En la novela romántica casi siempre aparece un conflicto vital que impide a los protagonistas estar juntos. Si después de sortear toda clase de obstáculos llegamos a un final poco satisfactorio, los lectores pueden sentirse decepcionados. Sería como una novela policíaca en la que no se resuelve el crimen. Evidentemente, hay excepciones, pero la norma en este género es el final feliz.

-Las escenas de sexo son pudorosas y sutiles.

-Me temo que la novela romántica está comenzando a relacionarse demasiado con la novela erótica, y no son lo mismo. Empezamos a estar saturados de largas descripciones explícitas de sexo, y todo lo que se trata con más delicadeza se tilda de pudoroso. Yo no lo llamaría así. Pero es cierto que en las escenas de sexo yo doy prioridad al intercambio de sentimientos antes que al de fluidos corporales.

Compartir el artículo

stats