Todas y todos buscamos el éxito y la felicidad. Cada uno a su manera, pero es un deseo que tenemos los seres humanos en este planeta Tierra. Ahora bien ¿qué es el éxito?, ¿qué es la felicidad? ¿Es, acaso, un estado de ánimo positivo, y consiste en haber conseguido lo que uno desea? ¿Es un estado en el que te sientes bien al darte cuenta de que has hecho el mayor bien posible y el menor mal consciente?
En la actualidad, disponemos de un montón de herramientas que pueden ayudarnos en este transcurrir por este planeta. En las dos últimas semanas yo les he estado hablando de una que tiene que ver con llevar a cabo una adecuada higiene del sueño, descansar las horas necesarias y, por supuesto, madrugar. Y los consejos, son los siguientes:
-Despertarse una hora antes.
-15 a 30, por lo menos, de ejercicio físico diario.
-La tarea más tediosa, lo primero que tenemos que resolver con el fin de evitar la agonía y el estrés que nos va a atormente durante todo el día. De esta forma estaremos dispuestos a hacer frente a cualquier tarea que se presente a lo largo del día.
-Motivación.
-Reflexionar y visualizar. Diversos estudios muestran que, incluso, tan solo dos minutos de visualización y pensamiento positivo, pueden mejorar el estado de ánimo y claridad para todo el día. Las primeras horas de la mañana, invitan a hacer una reflexión. Es necesario que disfrutemos de la tranquilidad y que tomemos nuestro tiempo para planificar el día. Tenemos que pensar en nuestras metas y las tareas pendientes. Tomar todas las notas necesarias para asegurarnos de que el día será más tranquilo y eficiente.
-Evitar el desorden. Eliminar las cosas que no sirven y que generan desorden en nuestra vida. Muchas personas identifican, como formas de despejar la mente, cuestiones que, en realidad, no generan ningún beneficio y sí una ansiedad posterior, por la pérdida de tiempo que han supuesto. A veces, hay que eliminar físicamente cosas que nos producen placer pasajero, pero que nos terminan haciendo sentir muy agobiados: correos en cadena, programas de TV que no elegimos, apps que no usamos, el móvil ? No sólo no ayudan a nuestra eficiencia, sino que a la larga nos hacen sentir ansiedad.
-Y, por supuesto, un desayuno completo, variado y equilibrado. Comer sano alimenta el cerebro, mejorando la concentración, la productividad y la memoria.
