La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Regreso al futuro

La letra con gimnasia entra

El ejercicio después del estudio y los estímulos positivos refuerzan la memoria, según dos investigaciones

La supuesta sabiduría acumulada en los refranes no resiste el examen de la ciencia. Por fortuna, el ominoso "La letra, con sangre entra" -obsoleto en el sistema educativo- ha encontrado una nueva refutación en el estudio elaborado por el Centro Médico de la Universidad de Radboud, en los Países Bajos. Estos investigadores constataron a través de un experimento con 72 voluntarios que la mejor manera que fijar conocimientos es hacer ejercicio físico cuatro horas después de haber estudiado.

La revista "Current Biology", según informa la agencia Sinc, publica este estudio que incorpora la mejora de la memoria a los beneficios que el deporte otorga al ser humano. Sometieron a los voluntarios a sesiones de estudio de cuarenta minutos: tenían que "empollar" 90 asociaciones entre imágenes y localizaciones. Luego los dividieron en tres grupos. Uno hizo ejercicio inmediatamente, otro cuatro horas después. El tercer grupo no hizo nada. Dos días después los examinaron. Los que mejor recordaban la información eran los que habían hecho ejercicio justo cuatro horas después. Además, sus imágenes cerebrales del hipocampo, la zona del cerebro relacionada con el aprendizaje y la memoria, eran más precisas cuando respondían a una pregunta. Aún tienen que seguir con su estudio y determinar por qué se produce eso (si compuestos producidos naturalmente por el cuerpo como las catecolaminas tienen que ver) pero lo que han encontrado, por ahora, es que la letra con gimnasia entra.

Con gimnasia y con buen rollo. Otro estudio esta vez de la Universidad de Barcelona y del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge, publicado en "Neurobiology of Learning and Memory", revela por primera vez en humanos que las emociones positivas recibidas en los procesos de adquisición de recuerdos hacen que recordemos mejor las cosas. En un experimento mostraron a voluntarios dos categorías de imágenes: objetos y animales. Y cada vez que aparecía un animal, recibían una recompensa económica. Los participantes recordaron mejor las imágenes recompensadas pero, además, en una segunda sesión (pero ya sin recompensas) no sólo recordaron mejor las fotografías que les habían recompensado antes sino también las de la misma categoría semántica, a pesar de saber que no iban a recibir ningún refuerzo positivo por hacerlo. Los investigadores, según detalla la agencia de noticias Sinc, constataron un aspecto importante en su estudio: los efectos de la carga emocional positiva sobre el almacenamiento de recuerdos no se observan si el participante no ha dormido, después de 24 horas y de pasar por la cama. El sueño es, por tanto, un estabilizador de nuestro recuerdos.

Luis Fuentemilla, uno de los autores del estudio, señala importancia de saber que la emoción es uno de los factores de entrada directa para el almacenamiento de información en nuestro cerebro. Eso podría aplicarse en pacientes con dificultad de memoria o de aprendizaje. Ya ven cómo la letra no entra con sangre. Más bien a todo lo contrario.

Compartir el artículo

stats