Algo así han debido pensar los diseñadores de la casa Moncler, famosa por sus estupendos anoraks, y cada vez más por ropa de ésa que resiste el paso del tiempo y adquiere solera con los años. La nueva colección masculina de la firma ítalo-francesa se inspira en los safaris de los años 50, en el ambiente de los parques naciones de Estados Unidos y en los Boys Scout. Propone bermudas con bolsos y saharianas con camisas de gabardina en tonalidades arena y caqui. Moncler se fundó en 1952 y vendía sacos de dormir.
El austero y modesto esparto se impone a las colecciones de las casas de lujo, a las que esta vez les aguarda una dura competencia.
Así que el clásico cesto con forma trapezoidal y asas cortas es el nuevo objeto de deseo, pero para lucirlo como es debido hay que cuidar que sea muy, muy pequeño. Veronika Heilbrunner lo llevó en la Milán Fashion Week con vaqueros rectos, camisa naïf de Miu Miu y zuecos de Gucci.
Jane Birkin fue toda una pionera con aquel bolso circular, algo más grande que el que realmente se lleva, que ha sido reeditado por la firma americana Littledoe.
Sin salir de España es posible adquirir el nuevo capricho en tiendas on-line dedicadas a productos artesanales, como la Real Fábrica Española, que ofrece los pequeños cestos por poco más de cuatro euros.
Y claro, al hilo de los capazos, la alpargata de esparto vive una nueva juventud en las colecciones de diseñadores internacionales que acuden a firmas españolas para inspirarse en la creación de nuevos modelos acordes con los mandatos de la alta costura.
Yves Saint Laurent encargó a la casa Castañer la primera alpargata con cuña de la historia y desde entonces la marca española ha seducido a otros diseñadores como Louis Vuitton y Chanel e incluso crea alpargatas para novia.
Lo que distingue unas alpargatas de otras son los detalles. Las más aclamadas en las pasarelas incluyen pedrería y encaje, como las creadas por Valentino. Ahora bien, este año más vale optar por lo sencillo.
El renovado esplendor del Ritz de París. El Ritz de París renace e invita a vivir la renovación que le ha cambiado por completo la cara. Su grandiosa decoración, restaurada con frescura, y su cálida intimidad permiten apreciar esta atmósfera que emana el arte de vivir a la francesa. La reputación del Ritz parisino, estrechamente ligada a la vida social y cultural de la ciudad, sigue vigente por su inimitable savoir faire y su manera de endulzar la vida y hacerla más confortable. El visitante se encontrará alta cocina con el chef Nicolas Sale, cócteles a su gusto en el bar Hemingway y tratamientos para conseguir una belleza resplandeciente en el exclusivo espacio de Chanel. Las obras de renovación han durado cuatro años y han costado casi 200 millones de euros. El hotel Ritz, considerado casi un monumento histórico de Francia, abrió sus puertas en 1898, de la mano de César Ritz. En los trabajos de adecuación se ha cuidado especialmente la preservación de las valiosas antigüedades que decoran las estancias, integrándolas en una atmósfera actual, que conserva todo el encanto de un edificio diseñado por Jules Hardouin-Mansart, el arquitecto de Luis XIV.
